El informe Durham destruye al FBI por su mala praxis en el Rusiagate
GLENN GREENWALD / Si nuestras agencias de inteligencia, investidas con miles y miles de millones de dólares de presupuesto y con las tecnologías de espionaje más invasivas y las autoridades policiales más agresivas, se dedican ahora a controlar el flujo de información en Estados Unidos, a censurar la información que fluye en las redes sociales, como sabemos que hicieron por los archivos de Twitter, y a decidir qué candidato quieren que gane y qué candidato quieren que pierda, y luego abusan de esos poderes para asegurarse de que ese sea el resultado, realmente somos una democracia sólo de nombre.
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