Recordando una instalación de Rita Fischer
SANTIAGO TAVELLA / Una idea recurrente en quien escribe este artículo es que en esta contemporaneidad el horizonte no es un punto. Tal vez lo haya sido para las utopías de la modernidad, pero, se esté en un nuevo estado de la modernidad, o en una etapa de posmodernidad, parece claro que el horizonte, en cuanto metáfora de objetivo a alcanzar, adquiere hoy plenamente su dimensión circular, con sus trescientos sesenta grados de posibles direcciones a elegir a la hora de acercarnos o alejarnos de algo.+