FERNANDO ANDACHT / A casi tres años de instaurado el régimen sanitario de excepción, siguen vigentes la censura, la cancelación, el destierro de las redes sociales de todo aquel que se proponga plantear preguntas incómodas sobre ese proceso. Y ese autoritarismo, el enemigo acérrimo de la libertad de expresión sobre un tema vital, no parece importarle a gobiernos, a intelectuales públicos ni a universidades, todos ellos actores sociales que, se supone, deberían abogar por la libre expresión como un componente constitutivo de la democracia.+

TEXTO ANÓNIMO / ¿Dónde quedaron las sanciones académicas a la carencia de información?, ¿dónde está el fervor por la corrección metodológica y por los resultados más seguros?, ¿dónde quedó la precaución para quienes integran comisiones de Ética?, ¿por qué existe tal complicidad para ser tan acrítico del asunto que gobierna nuestras vidas desde 2020?+

MARIELA MICHEL / Esa radical separación mente-alma/cuerpo-materia, que caracteriza el ‘dualismo cartesiano’ entre otras divisiones, le otorgó a la mente la magna tarea de darnos la certeza de la existencia y dejó allí, para siempre, frente a la estufa, un cuerpo inexpresivo, poco confiable, silenciado tal vez por el calorcito generado o, en el presente, por las palabras sedantes de los médicos televisados.+

DIEGO ANDRÉS DÍAZ / Se discute aquí un artículo publicado en La Diaria, cuya línea argumental está claramente trazada: el pánico global se justifica, es una especie de “estado de guerra”, la solución requiere de un modelo globalizado de gobernanza. Este pánico sería consecuencia de “la ausencia de un marco político para estas dinámicas a nivel global”. Es decir, hay pánico, no puede cuestionarse, y se debe a que no hay gobernanza global.+