MARIELA MICHEL / Sin duda somos víctimas. Pero como toda víctima, tenemos la posibilidad de cerrarle la puerta a esos seres que están nutriéndose de nuestro temor y fortificándose con nuestro debilitamiento. Cada vez más nos cruzamos con rostros lánguidos y pálidos por las calles, muchas veces detrás de algunos obstinados tapabocas; en otras ocasiones, son rostros atemorizados que le huyen al aire libre, a las fiestas, a los encuentros danzantes, a los encuentros. Cada vez más personas se sienten seguras en el encierro solitario, luego de trancar las puertas para dejar fuera la energía del sol, el vigor de la naturaleza, la alegría del contacto. +

FERNANDO ANDACHT / No se dejen engañar por la banalidad de los signos que ahora presento como evidencia: su inocultable trivialidad es precisamente lo que los convierte en un arma de destrucción masiva. ¿De qué? Del  pensamiento crítico, de la capacidad de tomar distancia de la masiva inoculación cotidiana de vacunas contra la razonabilidad que nos llega desde la amable pantalla televisiva. Nada paraliza más el pensamiento que el miedo, que el sentimiento de inseguridad que segregan sin pausa los medios más poderosos+

ALDO MAZZUCCHELLI / Cuando hablo de estructura totalitaria, me refiero a una predisposición conjunta de medidas gubernamentales y privadas con variado e incipiente respaldo jurídico, y una opinión pública convertida a actitudes colectivas autoritarias que parecen darles legitimidad, si nos atenemos -para evaluar lo último- a lo que los medios hegemónicos nos cuentan que está pasando con el estado de la opinión pública. +

TEXTO ANÓNIMO / El papel de someter a los demás con una sonrisa. El verdadero poder, aquel al que se somete agradecido el sometido. Nunca tuvo tantas luces y micrófonos apuntándole a él. Mamando su saber, por así decirlo. Nunca tanto brillo sobre su gris existencia. El sólo quiere salvar vidas, ¿quien podría reprocharle algo?+