ALMA BOLÓN / Si en el siglo XVIII la naciente Ilustraciόn tiene por sombra a la censura, en el alfabetizador siglo XIX, a la censura tradicional se suma la censura que realiza la escuela, propiciando ciertas lecturas edificantes y obstaculizando otras que elevando a los lectores, corrían el riesgo de traer desorden. En todos los casos, se trataba de canalizar y de amortiguar el recorrido por definición impredecible de la letra escrita. Hoy, en el mundo pandémico y postpandémico, la enseñanza remota y el tapabocas se suman a esa tradición.+