GABRIEL ZANOTTI / Benedicto XVI significó algo para lo cual la Iglesia, en su elemento humano, no está preparada todavía. De él se pensaba que era un «ultraconservador» y por ello, a veces, algunos no entendían su activo rol en el Vaticano II. Él mismo lo aclaró. Él se quedó en el mismo lugar. Los que avanzaron a una hermenéutica de la ruptura, que él nunca aceptó, fueron los demás.+