GLENN GREENWALD / Si nuestras agencias de inteligencia, investidas con miles y miles de millones de dólares de presupuesto y con las tecnologías de espionaje más invasivas y las autoridades policiales más agresivas, se dedican ahora a controlar el flujo de información en Estados Unidos, a censurar la información que fluye en las redes sociales, como sabemos que hicieron por los archivos de Twitter, y a decidir qué candidato quieren que gane y qué candidato quieren que pierda, y luego abusan de esos poderes para asegurarse de que ese sea el resultado, realmente somos una democracia sólo de nombre.
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RYAN MCMAKEN / “Los agentes del FBI se convirtieron en burócratas al uso que aprendieron a actuar bajo el supuesto de que todos los americanos tenían las mismas probabilidades de ser objeto de investigación. Sustituyeron las distinciones por las que habían operado anteriormente por el clásico imperativo burocrático: cuidar de uno mismo asegurándose de complacer a los poderosos…”
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