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Por Consejo Editor de eXtramuros

eXtramuros es consciente de que existe una división en la población, no solo en Uruguay sino en el mundo, respecto de la seguridad de las vacunas contra COVID-19, y respecto de su efectividad.

Hasta el día de hoy en Uruguay, pese a la intensísima campaña de convencimiento que acompañó el lanzamiento de las vacunas, menos de un 40% (38.75%) está totalmente vacunado, y los números reales de presentación a recibir la vacuna han bajado sustancialmente. Algo similar ocurre en Estados Unidos, donde la vacunación ha caído a pico con menos de la mitad de la población (44.1%) totalmente vacunada.


Ritmo de vacunación en los Estados Unidos. Fuente: NPR https://www.npr.org/sections/health-shots/2021/01/28/960901166/how-is-the-covid-19-vaccination-campaign-going-in-your-stat

En Uruguay ahora se insiste en vacunar a menores hasta 12 años, y se habla de vacunar pronto a niños. Esto ocurre con un entusiasmo y un nivel de certeza ciega sobre la inexistencia de efectos nocivos que es difícil de entender, porque atendiendo a la información ampliamente disponible en el mundo, es imposible obtener datos que habiliten ese nivel de certeza. No lo tenían ni lo han obtenido las compañías que fabrican las vacunas, las cuales además han abandonado los estudios controlados de seguridad que por ley deberían seguir conduciendo una vez comenzado este experimento masivo, como lo muestra este análisis del prestigioso The British Medical Journal.

Hasta ahora, las autoridades y los grandes medios de prensa no han informado a la población equilibrada y responsablemente sobre todo lo que se sabe y no se sabe sobre las vacunas, sino que, claramente, han “vendido” la vacuna, la han promocionado de todas las formas concebibles. Escondido quedó el honesto informe del Ministerio de Salud Pública de febrero de 2021, donde se decía con claridad todo lo que se ignoraba. Los expertos promotores de la vacuna dicen que todo ha cambiado desde entonces, y que hoy se sabe mucho más. Pero ¿es solo positivo lo nuevo que se sabe, o al revés? 

Pese a todo lo que se sabe de preocupante ahora respecto a reacciones a la vacunación, se ha eliminado completamente de la información que se da al público la posibilidad de cualquier riesgo, de cualquier efecto secundario. Y se ha pintado la ecuación riesgo-beneficio de las vacunas como algo indiscutiblemente positivo para todos los grupos y edades. Se las muestra, sin matices de ninguna clase, como imprescindibles, altamente efectivas, y seguras. 

Hecho: existe un cambio significativo de la mortalidad por Covid en Uruguay desde el comienzo de la vacunación. Ésta subió de 181 muertos con código “Covid-19” durante todo el año 2020, a más de 4000 entre el 1 de marzo y el presente: más de veinte veces más muertos desde que se empezó a vacunar. 

Esta observación, que simplemente llama la atención sobre un fenómeno difícil de explicar en esa dimensión, teniendo en cuenta que ninguno de los demás factores de intervenciones no farmacéuticas cambió sustancialmente en Uruguay, es contestada automáticamente -y frecuentemente de modo muy agresivo- diciendo que no es posible pensar que haya ninguna vinculación entre ese aumento de fallecimientos y la vacunación. 

Sin embargo, todos los días nos enteramos públicamente o en privado de fallecimientos de personas vacunadas con una sola o dos dosis de alguna de las vacunas, y no debe haber ni una sola persona en Uruguay que no conozca vacunados que se han enfermado de Covid-19. ¿Es eficaz realmente la vacuna? ¿Es segura cuando se la administra a niveles masivos?

¿Qué está pasando? ¿Es posible hacer, al menos, preguntas que sean realmente consideradas, en lugar de ser descartadas de antemano como una herejía inconcebible?

Para intentar complementar la información a la población, dando información de fuentes intachables científicamente hablando, pero que la población uruguaya no conoce porque los grandes medios se la ocultan activamente -ignoramos la causa de ello, pero es un hecho-, preparamos para este número un amplio dossier con algunas de las fuentes principales de la discusión contemporánea en el mundo respecto de la seguridad real de las vacunas contra COVID-19 -especialmente en Estados Unidos, donde las compañías Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson (Janssen) tienen sus cuarteles generales.

En eXtramuros nunca hemos negado la existencia de la condición conocida por Covid-19 ni su gravedad en algunos casos. Criticamos, sin embargo, la respuesta que se ha propuesto y el modo en que se ha desplegado. Criticamos ahora el modo en que se está informando y actuando respecto de la vacuna. En especial, llamamos la atención sobre la evidente unilateralidad de las autoridades responsables de informar a la población para que dé su consentimiento informado a la vacunación. En lugar de ello, se ha promovido la vacuna, se ha ideologizado y politizado la respuesta, se ha censurado las voces críticas, se han hecho desaparecer o desautorizado los tratamientos alternativos que podrían aliviar a los enfermos y eliminar buena parte de los fallecimientos. 

Desde eXtramuros consideramos un deber informar a la población sobre la necesidad de estar alerta respecto de todo lo que se está comunicando como certezas inapelables. En especial cuando no lo son, como es evidente en este caso y el lector comprobará si mira los materiales que aportamos en este número.