Cómo ideas consideradas “obvias” evitan que veamos los beneficios de las disciplinas humanísticas
ENSAYO
Por Agustina Rocca
En un mundo tan cientifista como el que vivimos, el conocimiento de disciplinas que no sean ciencia, como filosofía e historia, puede haber perdido relevancia para la población en general. En este artículo intentaré explicar por qué para mí ahora son importantes y por qué cuando las estudié en secundaria no. Mi intención es tratar de que padres, maestros y profesores entiendan dónde quizás los estudiantes, en esta era cientifista, se sienten desmotivados por aprender asignaturas de otras disciplinas diferentes a la ciencia, como humanidades.
¿Qué es el cientifismo? Si miramos las definiciones de la Real Academia Española:
1. m. Teoría según la cual los únicos conocimientos válidos son los que se adquieren mediante las ciencias positivas.
2. m. Tendencia a dar excesivo valor a las nociones científicas o pretendidamente científicas.
Básicamente, según mi entendimiento de estas definiciones, el cientifismo es la ideología de que la Ciencia es la única disciplina capaz de responder a TODAS nuestras preguntas.
A pesar de haber ido a colegio católico, en mis últimos años de secundaria me hice atea. Además, yo quería estudiar carreras relacionadas a la ciencia y para mí la ciencia y la religión eran polos opuestos. En su momento, me llamó mucho la atención leer que varios científicos famosos en la historia no descartaban la existencia de algo supernatural, llamémosle Dios por llamarlo de alguna forma. Albert Einstein, por ejemplo, creía en el Dios de Espinosa (que es diferente al Dios del judaísmo). Pero cuando leí estas cosas, mi pensamiento fue “pero ellos no contaban con los avances tecnológicos que tenemos hoy en día”, como si los avances tecnológicos nos hubieran permitido probar la no existencia de ese algo supernatural.
Con la pandemia, después de la entrevista que le hicieron a Aldo Mazzucchelli en Bajo la Lupa el 8 de enero 2021, comencé a seguirlo y leer esta revista. En una de las columnas en dicho programa, Aldo dijo que el Ateísmo también es una religión y no entendí nada, confieso que hasta me chocó porque yo era atea y para mí no era religiosa, “yo me baso en ciencia” pensé.
Con el tiempo, mi cabeza quedó trabajando y empecé a entender que la ciencia ha avanzado muchísimo, pero está limitada a los instrumentos que disponemos. Con instrumentos podemos detectar cierto rango de longitudes de onda de energía, pero fuera de dicho rango NO sabemos qué hay, la ciencia solo puede hablar dentro de ese rango, fuera de él no puede afirmar ni negar nada. Ahí entendí que la ciencia puede probar la existencia de algo, pero la NO existencia… me parece que no. Y también entendí por qué el Ateísmo es una religión, es un tema de creencia: “creo que Dios existe o creo que Dios no existe”, pero NO podemos afirmar científicamente ninguna de las dos.
El cientifismo lo que hace, para mí, es descartar como si no existiera todo lo que no ha podido probar su existencia y eso hace que pensemos como si conociéramos todas las variables del universo. Pero, por ejemplo, ¿sabían que los sistemas biológicos emitimos biofotones y que dicha emisión podría verse afectada dependiendo de si estamos enojados o relajados? Yo me enteré hace poco de la existencia de dichos biofotones, pero al enterarme de ellos me surgieron un montón de preguntas (capaz que alguna ya se ha contestado):
¿Estos biofotones no tienen ningún efecto en nuestro cuerpo?, ¿y en el de otros?, ¿sabemos qué papel pueden tener estos biofotones en el cuerpo? Se asume como que se conoce todo (se descarta todo lo que no se ha podido probar su existencia), pero, así como se descubrieron estos biofotones con estas longitudes de onda, ¿no habrán otros que con los instrumentos que disponemos al día de hoy no podemos detectar? Y, de nuevo, ¿qué papel tienen en el cuerpo estos últimos?. ¿Y con otros estados de ánimo cambia también la emisión de biofotones?.
También, ¿sabían que no logramos entender cómo el cerebro genera la conciencia? Se asume que es generada en el cerebro y que algún día vamos a llegar a entender cómo la genera, pero al día de hoy no logramos entenderla y hay una hipótesis que cada vez hay más científicos que la están considerando, basada en física cuántica, NO en religión, que según entiendo, la conciencia podría “venir” de afuera. NO estoy diciendo que así sea porque es una HIPÓTESIS que se está debatiendo, pero ¿y si no logramos entender la conciencia porque estamos mirando con el enfoque errado, estamos intentando entenderla partiendo de que ES generada POR el cerebro?
Para mí, todas estas asunciones nos condicionan a la hora de hacernos preguntas y buscar respuestas. Por ejemplo, en las facultades se da por sentado que el cáncer es genético, yo he tenido ejercicios en los que se me pedía analizar qué genes (mutados) provocaban tal cáncer. Pero el científico Thomas Seyfried plantea que en realidad, al no entenderlo, NO podemos afirmar que el cáncer sea genético y plantea la hipótesis de que sea una enfermedad metabólica. Para él, no logramos entenderlo del todo porque a la hora de investigar partimos de la idea que ES genético y nos centramos en tratar de encontrar qué genes (mutados) provocan tal cáncer y los mecanismos por los cuales se activan o desactivan dichos genes. Ahí entendí cómo esas asunciones nos condicionan. A mí, jamás se me hubiera ocurrido buscar la causa en otro lado que no fuera genético, fue al leerlo que dije “¿por qué no? ¿por qué la asumimos que es genética si todavía no la entendemos?”. De nuevo, NO estoy diciendo que sea como lo plantea Seyfried, lo que estoy tratando de mostrar es cómo dichas asunciones pueden condicionarnos a la hora de hacernos preguntas y buscar respuestas.
Por otro lado, hace más tiempo, me empecé a preguntar: nosotros estamos formados por células, las células por proteínas, las proteínas por moléculas, las moléculas por átomos, los átomos por protones, neutrones y electrones, los protones y neutrones por partículas elementales (partículas indivisibles), pero los electrones, en ese momento, ya eran partículas elementales (digo en ese momento porque capaz que ahora se descubrió alguna otra subdivisión, pero siempre vamos a llegar a alguna partícula elemental). Entonces empecé a buscar qué era un electrón y después de buscar bastante (lo que más decían era que era una partícula indivisible, pero yo quería ir más al concepto, ¡¿qué es?!) encontré que lo definían algo así como una distorsión en el campo electromagnético. Bien, y ahí me surgió la pregunta: ¿qué es un campo electromagnético entonces? Encontré que era un campo de fuerzas con una componente eléctrica y magnética (cuya vibración genera una onda electromagnética) producido por el movimiento de una carga eléctrica y el electrón es una carga eléctrica… Ahí vi que entraba en un bucle, que no tenían definición, que uno definía al otro.
En su momento pensé que era “temporal”, que en algún momento íbamos [la ciencia] a lograr entenderlos y definirlos.
Al entender que existe el cientifismo, y que yo en realidad era cientifista y no científica como creía, empecé a desconfiar que algún día lleguemos a comprender todo lo que hay en el universo. Sí creo que se va a poder seguir entendiendo UN MONTÓN de cosas más y capaz que logremos entender, si ya no ocurrió, qué son las partículas indivisibles, los campos electromagnéticos, las fuerzas, que en su momento también me pareció que no lográbamos entenderlas del todo pero, a título muy personal, me parece que siempre vamos a necesitar un “bloque de conocimiento indefinible” para poder explicar todo lo demás, que con los avances tecnológicos seguramente vaya cambiando dicho bloque. Sé que es compleja esta idea. Voy a tratar de expresarla de otra forma a ver si se entiende mejor. Por ejemplo, al día de hoy, con la tecnología que disponemos, no logramos entender qué es “A”, y sería parte del bloque de conocimiento indefinible, pero mañana capaz que encontramos que existe “B” que nos ayuda a entender qué es A, pero ahí seguramente no entendamos qué es B, cambiamos el bloque de conocimiento indefinible y ahora A no pertenece, pertenece B. O quizás podremos achicar dicho bloque si mañana podemos explicar A con C que ya pertenece al bloque de conocimiento indefinible. Pero me parece que siempre va a haber algo en ese bloque, por más “chico” que sea, que no lograremos comprender en su totalidad (opinión MUY personal).
Vayamos a un ejemplo más concreto, recordemos parte de la definición de campo electromagnético: “campo de fuerzas…”. Ahí me surgió la pregunta: ¿qué es una fuerza? Como todos sabemos, la gravedad es una fuerza entonces me puse a buscar si se había logrado explicar qué es la gravedad y encontré como que estaban descubriendo unas partículas llamadas gravitones que podrían ser las que producen la gravedad. Pero ahí me pregunté: ¿qué son los gravitones?
Para mí, en ese bloque de conocimiento indefinible “variable”, es donde entran las humanidades y otras disciplinas. En tratar de pensar y reflexionar sobre cosas que (¿todavía?) no logramos explicar por medio de la ciencia. Creo que las humanidades nos ayudan a formar el pensamiento propio porque promueven el ejercicio de la duda, el análisis de diferentes puntos de vista, enseñándonos así a no conformarnos con una sola forma de pensar y de ver la realidad, nos incita a nutrirnos de varios pensadores y así formar el pensamiento propio. Y, de hecho, me parece que hasta el método científico surge de la filosofía y la lógica.
Por otra parte, también me gustaría contarles lo que pensaba mientras cursaba la materia historia y cómo cambió esa perspectiva con la pandemia, ya que me parece que aporta una reflexión adicional. ¿Se acuerdan de la canción “Lo que pasó, pasó” de Daddy Yankee (reggaetón, bachata)? Bueno, yo cantaba eso cuando estudiaba historia y pensaba “¿para qué tenemos que estudiar algo que ya pasó? Ya está, la humanidad aprendió y no va a volver a pasar, ahora creamos organismos internacionales (ONU) que promueven la paz e impiden o ayudan a terminar las guerras”. Con la pandemia, vi los grandes conflictos de intereses detrás de dichos organismos, descubrí el cientifismo ya mencionado, y, a partir de otra columna en Bajo la Lupa, me puse a buscar qué había pasado con la ciencia en la Segunda Guerra Mundial. Y, ¿qué descubro? Descubro que había una “ciencia mainstream” que promovía la “higiene racial” y que bajo esa narrativa se llevaron a cabo las atrocidades que hoy conocemos.
Por ejemplo, esto aparece en este artículo publicado el 7 de julio 2022 en la página de la Asociación de Facultades de Medicina de Estados Unidos:
“También lo hizo la complicidad no sólo de funcionarios y soldados nazis, sino de innumerables médicos, enfermeras y otros profesionales de la medicina que se unieron al régimen nazi en gran número y proporcionaron la justificación científica para la ‘purificación racial’ que tuvo lugar. De hecho, la complicidad generalizada de los médicos y el establishment médico-científico en Alemania nazi tiene una importancia decisiva en la génesis del Holocausto, el genocidio deliberado de 6 millones de judíos europeos impulsado por el antisemitismo, y el asesinato en masa de otros perseguidos por el régimen nazi. Incluso antes de la creación de los campos de exterminio a finales de 1941, se utilizaron cámaras de gas en hospitales psiquiátricos para exterminar a más de 300.000 niños y adultos discapacitados.” (la negrita es mía).
“El doctor en bioética Arthur Caplan, que ha escrito sobre esta fechoría sin parangón, observa: ‘Los mitos de la incompetencia, la locura y la coacción han oscurecido la verdad sobre el comportamiento de la biomedicina bajo el nazismo. La mayoría de los que participaron lo hicieron porque creían que era lo correcto’”.
“Cuando la médico prisionera Ella Lingens-Reiner preguntó al médico de la SS [Protection Squads] Fritz Klein cómo conciliaba sus acciones en los campos de concentración con sus obligaciones éticas como médico, respondió: ‘Por respeto a la vida humana, extirparía un apéndice purulento de un cuerpo enfermo. Los judíos son el apéndice purulento del cuerpo de Europa’”.
O sea, bajo el nombre de la Ciencia ocurrieron estas atrocidades, pero me parece que a nivel general no se conoce mucho eso. Se conoce lo que ocurrió en el Holocausto, pero me parece que no mucho el cómo se llegó a eso. Veo que se pregunta ¿cómo Hitler logró que lo siguiera tanta gente? Y a veces veo que se le atribuye a que los alemanes son muy estructurados y de acatar las órdenes, pero no a que fue la Ciencia la promotora de ello.
Pero inclusive ahora, con la pandemia, nosotros mismos pudimos percibir ese cómo cuando en un programa de televisión bastante importante se pedía que a los no vacunados se nos aislara y se nos metiera “en una camarita”.
Capaz que si más médicos y científicos conocían el cómo del Holocausto, sabrían que en nombre de sus profesiones se han cometido atrocidades, y hubieran detectado dicho modus operandi en la pandemia.
Con esto, no estoy diciendo que la historia sirva únicamente para aprender de las atrocidades. Ese fue mi puntapié inicial para empezar a interesarme por la historia, pero luego vi que también nos ayuda a entender cómo llegamos a los días actuales, cómo se fue instalando el cientifismo en la sociedad (que seguramente haya empezado con el Iluminismo), el contexto en el que se fueron desarrollando las ideologías de las diferentes épocas, e inclusive para tomar ideas de como “arreglarnos” con muchos menos recursos que los que disponemos hoy en día para inventar y/o desarrollar algo, por mencionar solo algunos, estoy segura que hay muchos más.
Por todo este viaje es que comprendí la importancia de otras disciplinas y de materias que en su momento les resté importancia, pero que hoy me arrepiento porque ahora me interesaría saber más de ellas y me acuerdo de muy poco, casi nada, lo que estudié en secundaria. Y me gustaría tratar de ayudar a otros estudiantes a que le agarren el gustito de antemano y aprovechen dichos cursos.