[DIBUJO DE JAIME CLARA]
POIESIS /11
Por Jorge Castro Vega
Apalabrar (Arca,1980) fue el libro de poesía que necesitamos leer en ese año, en ese año y los siguientes. Por todos, para todos, lo escribió entonces Salvador Puig (1939-2009), maestro de lectores y poetas.
Sin otra mediación que tres líneas de gratitud, aplauso y homenaje, van algunos textos de ese libro tan amado.
HISTORIAS
Acá llegan informes
Y penumbras
Gritos de niebla llegan
La ciudad se arrodilla
Las puertas se deslizan
De incógnito
Entre los transeúntes
Los pedazos de muro se pegan a las piernas
Las ventanas se aplastan
Los cosmonautas pasan como peces
Llegan cartas Van cartas
Las palabras no entienden lo que pasa
Y mientras tanto hay un ruido
Un ruido literal acumulado terco invasor crujiente
Se instala en la mañana
Que deletrea nuestra historia
Nuestra pequeña historia personal:
Por lo pronto
No pudimos derrotar a la muerte:
Siempre hubo un pie preciso
Con su forma precisa
Siempre hay un muslo acuático
Unos labios abiertos
Que besamos
Un cuerpo que se escapa
Quisimos
Arrancarle la máscara a este mundo
Y arrancamos un hombre
Que se quedó temblando
De frío
En nuestra mano
Mientras tanto
El fantasma del mundo recorre el mundo
ENTROPÍA
Hay que pensarlo así
Como el perro que escarba
Un poco más de caos
Sube del fondo del modelo
Hay que metérselo en la cabeza
Es la ciencia del caos
Perro que escarba sube rápido
Hay que entenderlo así
Por el interior de sus patas
TANGO INFINITO
Volverás
Hoy fue la noche quien lo dijo
Hoy la noche cayó del caballete
Y la ventana entró pintando
Lunas azules en mi cuarto
Volverás
Aunque Porque
La noche mienta La noche inventa
LEGENDA
(Saliendo del pasado)
En lo que me tira para adelante
Y
En lo que me tira para atrás
En lo que he sido
Busco
En lo que seré
La fiesta
El río de tu cuerpo
Que no refleja los árboles:
Los piensa
Voy a mirarte Eurídice
CARTA TRIANGULAR
A usted que amó a la misma mujer que yo
Que tal vez la encontró superior a amor:
A mí que no me gustan las comparaciones:
Ahora que la hemos olvidado
Y ella entra desnuda en una habitación que desconoce
(La intersección de nuestros dos olvidos)
A ella por fin:
Que allí carece de espejo para verse
Que tiene que olvidarse de memoria
Que querría disponer algunas flores
Tan fetal
Y tan sola como una pajarito de papel
De golpe y para siempre: a ella
Que casualmente ahora no se parece a nadie
En este mundo lleno de semejanzas
A la una a las dos a la única: que ahora es sólo un lío
De veloces y múltiples y disueltas imágenes
Cuyo pronombre mismo es un sarcasmo
De algodones caídos en el planeta Venus
En el planeta Vidrio
Que ya no tiene edad
-Mientras usted y yo quién sabe en qué pensamos-
Pero tiene la de usted y la mía y la de ella
Cuando usted la amó y la de ella
Cuando yo la amaba
Y la de toda la tristeza junta
LUIS CERNUDA
Sabiendo bien
Que aquellos que arrojan su máscara lejos
Generalmente salen despedidos con ella
Que el que cuida su máscara
Como si fuera rostro
Suele perderla o se le rompe
Cuando menos creía
Pesando tales toques de ironía
Sintiendo al fin de cuentas
La atracción del oscuro
“Carácter es destino”
Se tiró suavemente de cabeza en su espíritu
Y salió por el cuello de su camisa diurna
Así quiso también que fuera su palabra
Si a veces la invención falta en sus giros
Es por puro pudor de espíritu arrostrado
Por hemisferio en sombra
Por calambre
Que no impide nadar
Aunque sí caminar sobre las aguas
Pero sí caminar sobre las aguas
Y así los que hoy abrimos
Alguno de sus últimos libros
De siniestra cordura
Quisiéramos pedirle a veces un milagro
Hasta correr el riesgo de aceptar como tal
Cualquier superchería
Cuando el conseguimiento que usted quiso
Distó mucho de eso
Y aún de los auténticos milagros del lenguaje:
La armonía elemental del tú del yo
Los relieves del plano de un espejo
A veces la tristeza de una viola
Un rechinar de manos que resbalan
El vidrio enjabonado de su propio deseo
JOSÉ CARLOS BECERRA
Y no será la triste
Verdad del nuevo rito cibernético -presencia
O no presencia- 0 1 0 1 0 0
Y así hasta las calendas
Atómicas del mundo
Tristísimo todo
Para iniciados en la fórmula de la nada increíble
-Insufrible indolora
No será esa tristeza ni triste
La que da fe de que nació y murió por accidente
-Según dice la noticia-
Ni de los guantes de gamuza que se calzó en el alma con precisión de cirujano
-Aunque con diferente torpeza-
Para poder acariciar una mejilla doble
Enamorar a esa mujer
Llorarla y no llorarla por las calles
Inventar su presencia en el abuso de cualquier horizonte
Porque hay que pasar por alto pasar por alto
No hay tiempo ni siquiera de pensar
Hay que hacerle el amor a esa mejilla
-Es la prueba de fuego-
Ahora hay que amar a esa mujer aunque no exista:
Justo porque no existe
Y preguntar por Dios adentro de ella
Como estarás haciendo ahora adentro de tu muerte
