CONTRARRELATO

El delegado de la Federación Rusa habló en la sesión del 27 de febrero para decir que su país se negará a votar cualquier tratado que imponga condiciones que pasen por encima de la soberanía de las autoridades nacionales

Por Salvador Gómez

En la última semana (lunes 27 de febrero a viernes 3 de marzo) en Ginebra se reunió la cuarta ronda (INB4) del llamado Cuerpo Negociador Intergubernamental (Intergovernmental Negotiating Body) de la Organización Mundial de la Salud, para discutir el conocido como “Borrador Cero” de un potencial “acuerdo u otro instrumento internacional para la prevención, preparación y respuesta a las pandemias”, conocido sintéticamente como “WHO CA+”

La reunión contó con la presencia de delegados de los países miembros de la OMS, además de “stakeholders” privados y públicos (léase Big Pharma, financiadores de la misma como la Bill & Melinda Gates o el Wellcome Trust, y actores globales como la Santa Sede o la Autoridad Palestina, entre muchos otros).

El proyecto discute cómo deberían actuar los gobiernos y autoridades sanitarias nacionales de los países miembro para conseguir una respuesta mejor a la ofrecida ante Covid19, a la que la OMS considera ahora un fracaso. Tedros Adhanom Gebreyesus, el Director de OMS, dijo en su discurso de bienvenida a las delegaciones que si no corregían los errores cometidos, “nuestros hijos y nuestros nietos no nos lo perdonarán”, etc.

Pero, junto a previsiones sobre cómo manejar los medicamentos de forma equitativa, creación de instrumentos financieros para las naciones pobres, y el manejo de otros instrumentos de ‘combate a los patógenos’, el Borrador Cero incluye cosas como el Artículo 17, que dice por ejemplo: 

Las Partes se comprometen a […] hacer frente a la información falsa, engañosa, errónea o desinformación, incluso mediante el fomento de la cooperación internacional. A este respecto, se anima a cada Parte a comunicar […] el riesgo y gestionar la infodemia a través de canales efectivos, incluyendo las redes sociales

Y por si este control gubernamental de la información no fuese suficiente, se anima a los estados miembro a “realizar escuchas y análisis sociales periódicos para identificar la prevalencia y los perfiles de la desinformación, que contribuyan a diseñar estrategias de comunicación y mensajería para el público“. 


Es decir, el borrador propuesto pretende obligar a los estados miembros a convertirse en policías del pensamiento y a “realizar escuchas” y vigilar a sus ciudadanos en lo que dicen y  publican que no repita la liturgia de las “autoridades sanitarias” o quien sea.

Esto implicaría pasar a un control policíaco global de la opinión, transfiriendo a la OMS la definición de criterios respecto de qué está permitido pensar. De este modo, un acuerdo dirigido por personajes no electos pasará por encima de la Constitución en muchos países de la tierra, dado que en general la Constitución protege el derecho a la opinión de los ciudadanos.

Tres o cuatro grandes posturas

Sólo se hizo pública una parte de las discusiones, pues lo sustancial de la negociación detallada es reservada a los países miembro. De la escucha de las sesiones grabadas en video liberadas al público, surge que, por un lado, el bloque de países africanos ve la iniciativa con gran desconfianza, y su centro pareciera estar en la exigencia de que se den garantías más claras de que la ayuda prometida llegará de modo efectivo. Ven el lenguaje del documento como vago respecto de este punto. El documento fue elaborado por un grupo negociador pequeño “de alto nivel” en reuniones en Nueva York, y la pretensión de los países pobres de que a través de una iniciativa como esta se reforme profundamente el capitalismo, y se haga efectivamente horizontal la participación en las ganancias de la industria farmacéutica, parece una aspiración por lo menos distante. 

Otro conjunto diverso de delegaciones remarcó también -coincidentemente con los africanos- la imprecisión general del documento, y el carácter meramente de “sugerencia” que tienen la mayoría de sus disposiciones, las que entran en áreas que parecen jurídicamente desconectadas del tema en cuestión. México, por ejemplo, preguntó cuál sería exactamente la definición y alcance jurídico del concepto “infodemia”, incluido en el borrador.

Además de estas dos visiones, se vislumbra una postura por parte de un grupo de países -EEUU, Unión Europea, Nueva Zelanda, Canadá, Australia y algunos otros, los que controlan la mayoría de recursos financieros y de comunicación-, de imponer su agenda y visión al resto, por la vía de este tratado. De ser aprobado con su espíritu actual, el mismo contendría artículos vinculantes que trasladarían la soberanía nacional a un cuerpo burocrático y político no electo -en el cual, además, la ingerencia directa de “filántropos” y corporaciones con fines de lucro es decisiva.

Finalmente, aparece la posición de Rusia, quizá expresiva de inquietudes que manifestaron varias de las delegaciones africanas y latinoamericanas sobre todo.

La oposición rusa

De todas las delegaciones que pidieron la palabra en la sesión de la tarde del lunes 27 -destinada a una primera ronda de comentarios generales que sirvió para marcar perfiles y posiciones respecto al borrador en su estado actual-, llama la atención la posición de la Federación Rusa, que en lo sustancial declaró:

El fundamento principal de este instrumento debe ser la soberania de los paises cuando se trata de asegurar la bioseguridad y la respuesta a pandemias. 

Por esta razon no podemos aceptar la inclusión en el documento de obligaciones sobre, por ejemplo, que se conduzca una vigilancia obligatoria, o evaluaciones externas de las capacidades nacionales con respecto a la preparacion, prevención y respuesta a las pandemias sin que los estados estén de acuerdo con ello.” (Referencia: https://apps.who.int/gb/inb/e/e_inb-4.html , a tiempo: 1:45:21)

En la misma línea, la delegación rusa
* se resiste a que este nuevo documento intente regular campos ya regulados por acuerdos vigentes anteriores;
* se resiste a la creación de fondos especiales más allá de las regulaciones financieras acordadas ya en las Naciones Unidas (tal vez porque esos fondos especiales, o mecanismos de distribución de vacunas o similar, luego podrían ser empleados por los financiadores, es decir, la OMS, BigPharma y “filántropos”, para comprar a los gobiernos de los países pobres y hacerlos aplicar sus propios planes globales con pretexto de una emergencia sanitaria);
* se niega a dar atribuciones a la OMS que vayan más allá del presente mandato (Gebreyesus);
* se niega a los usos idelógico-políticos del acuerdo: “el acuerdo debe tener un objetivo claro, y concentrarse solo en las cuestiones prácticas respecto de prevención, preparación y combate a las pandemias. Es importante hacer del documento una guía práctica…“;
* la delegación rusa se opone también al uso de nuevas tecnologías sobre las que no exista acuerdo (terapias ARNm…): “el acuerdo borrador solo debe referirse a tecnologías sobre las que exista ya un acuerdo establecido“.

Finalmente, la delegación rusa se opone a la pretensión universalista de la iniciativa: “Nos gustaría también decir que hay enfoques que tienen una aproximación nacional a la PPR (Prevención Preparación Respuesta), los que están basados en un modelo que no es universal, y por tanto no deben ser parte de un acuerdo internacional

A continuación los 3′ de intervención del delegado de la Federación Rusa

Participación de la Federación Rusa en INB4, OMS, 27 de febrero 2023

Las deliberaciones se están conduciendo según el principio de “hasta que todos no estemos de acuerdo en algo, eso no está aprobado”, por lo cual una negativa rusa -y de eventuales aliados- al borrador podría traer complicaciones serias para su aprobación.

La postura rusa, hecha explícita esta semana, parece confirmar que el enfrentamiento actual a nivel militar en Ucrania es una instancia de un enfrentamiento a un nivel mucho mayor, entre defensores del globalismo de Davos-Occidente, y quienes se resisten a él. 

Los delegados de la Unión Europea, Canadá y Nueva Zelanda usaron parte de sus 3 minutos de exposición para condenar la “agresión no provocada de Putin”. El delegado ruso incluyó al comienzo de su mensaje una frase donde pidió a los delegados de “algunos países” que no usasen ese espacio para referirse a temas que “no tienen nada que ver con el destino de esta reunión”.

Pero ¿será que no tienen nada que ver?