* Una comunicación publicada en The Lancet (Regional Health Europe, 19 de noviembre de 2021, DOI:https://doi.org/10.1016/j.lanepe.2021.100272) resume los datos científicos reales y concluye lo contrario que la periodista: “La relevancia epidemiológica de la población vacunada contra el COVID-19 es cada vez mayor”
Esta semana la periodista Patricia Madrid dijo en la televisión: “Entonces, por un ínfimo porcentaje de la población que no se vacuna… A ver, los vacunados deberíamos andar libres. Y a los no vacunados que son los que realmente representan un peligro para el resto de la sociedad, aislarlos“.
Al contrario de lo que dice Madrid, la ciencia demuestra que los vacunados son la principal fuente de infección en sociedades con altas tasas de vacunación. Se enferman, contagian a otros, y mueren de Covid-19. Y esto no es -como se pretende a veces a manera de defensa- el hecho de que a más vacunados, más casos entre los vacunados. Es que, mientras que la tasa de vacunación en Alemania entre mayores de 60 años alcanzó ya una meseta en setiembre, los enfermos dentro de ese grupo siguen subiendo. O sea, no es solo que la vacuna no protege como prometió (si lo hiciese debería haber siempre menos enfermos entre los vacunados), sino que al contrario, como el gráfico lo muestra (sobre datos del Robert Koch Institut): es cada vez más probable enfermarse si uno se ha vacunado.
En esta comunicación recientemente publicada en The Lancet el autor reúne y documenta la situación que se está dando con los vacunados contra Covid-19 como creciente fuente de contagios, y demuestra que los completamente vacunados están muriendo en tasas cada vez mayores a medida que pasan las semanas.
No se ha cumplido la expectativa de que en poblaciones con altas tasas de vacunación fuesen a reducirse los contagios de la enfermedad.
En Alemania, entre los completamente vacunados de 60 años y más, se acelera intensamente la tasa de personas que se infectan (“infecciones por irrupción” o breakthrough infections): de 16,9% el 21 de julio de 2021, a 58,9% el 27 de octubre.
En el Reino Unido, para los de 60 años y más, de un total de 100.160 casos de COVID-19, 89.821 se produjeron entre los totalmente vacunados (89,7%), y solo 3.395 entre los no vacunados (3,4%).
El CDC de EE.UU. ha identificado que cuatro de los cinco condados con mayor porcentaje de población totalmente vacunada (99,9 – 84,3%) son todos condados “de alta transmisión” de la enfermedad.
En Israel, en un brote nosocomial de la enfermedad entre un grupo de individuos 96.2% totalmente vacunados, catorce de los totalmente vacunados desarrollaron enfermedad severa o murieron, mientras que los únicos dos pacientes no vacunados sólo tuvieron síntomas leves.
A continuación la comunicación completa traducida, y su versión original en inglés:
CONTRARRELATO
Por Günter Kampf
Se esperaba que las elevadas tasas de vacunación contra el COVID-19 redujeran la transmisión del SARS-CoV-2 en las poblaciones al disminuir el número de posibles fuentes de transmisión y, por tanto, la carga de la enfermedad del COVID-19. Sin embargo, datos recientes indican que la relevancia epidemiológica de los individuos vacunados contra el COVID-19 está aumentando.
En el Reino Unido se describió que las tasas de ataques secundarios entre los contactos domésticos expuestos a casos índice totalmente vacunados era similar a la de los contactos domésticos expuestos a casos índice no vacunados (25% para los vacunados frente al 23% para los no vacunados). 12 de 31 infecciones en contactos domésticos totalmente vacunados (39%) se produjeron a partir de casos índice totalmente vacunados y vinculados epidemiológicamente. El pico de carga viral no difirió según el estado de vacunación o el tipo de variante [[1]].
En Alemania, la tasa de casos sintomáticos de COVID-19 entre las personas totalmente vacunadas (“infecciones por irrupción”) se comunica semanalmente desde el 21 de Julio de 2021 y en ese momento era del 16,9% entre los pacientes de 60 años o más [[2]]. Esta proporción está aumentando semana a semana y era del 58,9% el 27 de Octubre de 2021 (Figura 1) proporcionando una clara evidencia de la creciente relevancia de los totalmente vacunados como posible fuente de transmisión. Se describió una situación similar para el Reino Unido. Entre la semana 39 y la 42, se notificaron un total de 100.160 casos de COVID-19 entre ciudadanos de 60 años o más. 89.821 se produjeron entre los totalmente vacunados (89,7%), 3.395 entre los no vacunados (3,4%) [[3]]. Una semana antes, la tasa de casos de COVID-19 por 100.000 fue mayor entre el subgrupo de los vacunados en comparación con el subgrupo de los no vacunados en todos los grupos de edad de 30 años o más.
En Israel se notificó un brote nosocomial que afectó a 16 trabajadores sanitarios, 23 pacientes expuestos y dos familiares. La fuente fue un paciente totalmente vacunado de COVID-19. La tasa de vacunación era del 96,2% entre todos los individuos expuestos (151 trabajadores sanitarios y 97 pacientes). Catorce pacientes totalmente vacunados enfermaron gravemente o murieron, los dos pacientes no vacunados desarrollaron una enfermedad leve [[4]].
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU. identifican cuatro de los cinco condados con mayor porcentaje de población totalmente vacunada (99,9-84,3%) como condados de “alta” transmisión [[5]].
Muchos responsables asumen que los vacunados pueden ser excluidos como fuente de transmisión. Parece que es una gran negligencia ignorar a la población vacunada como una fuente de transmisión posible y relevante a la hora de decidir sobre las medidas de control de la salud pública.
