*¿La “plandemia de César” o la “falta de irresponsabilidad” de Pati?
ENSAYO
Por Aldo Mazzucchelli
Toda la edición del domingo 5 de junio de 2022 del programa Polémica en el Bar coaguló en una escena estelar. Se trata del momento en que, para ayudar a que el televidente típico alcance su clímax de autoconfirmación, el milagro de la circularidad repetitiva, el eterno retorno del bucle de la doxa, por un momento se apodera del piso Patricia Madrid.
Ella había pasado en silencio todo el bloque dedicado a asediar al Representante Nacional Ing. César Vega por su pecado de no repetir el dogma nacionalsanitarista en el que coinciden todos los partidos representativos del sistema mediático/retórico en el poder, y todos los periodistas de horario central sin excepción alguna, y que dice así (repita conmigo): “las vacunas Covid19 son seguras y eficaces”.
Con el gesto adusto y plenamente ridículo de un general prusiano hablándole a sus tropas antes de lanzarlas a la batalla y la muerte, adoptando una misteriosa autoridad moral sobre César Vega que, si recuperásemos por un momento la sobriedad, nadie sabría de dónde sale, y con una tensión de fondo que llevó a algún anacoluto u ocasional descoordinación, arranca Madrid el siguiente monólogo, pieza representativa del nivel del logos contemporáneo que transcribiremos para que no se pierda en el lamentable e injusto olvido de lo audiovisual:
“Yo he escuchado atentamente todo lo dicho por Vega, y lo vengo escuchando desde que comenzó esta pandemia en el año 2020. Y la verdad, a mi me parece una absoluta falta de responsabilidad de su parte, legislador.
Usted es un legislador de la República que no ha hecho otra cosa más que, desde el comienzo de la pandemia, desinformar, desestimular las medidas de este gobierno, promover medidas que van iban en contra de la salud pública
Ha sido realmente, y se lo digo con el mayor de los respetos, una verdadera vergüenza su actuación como legislador.
Una verdadera vergüenza.
Lamentablemente, digo, lamentablemente, cuando hay desinformación, de este lado lo que tenemos que hacer es promover el que haya información en la ciudadanía.
Usted esos datos que dice estar extrapolando de Estados Unidos no tiene prueba alguna.
Usted no ha demostrado lo que está diciendo vinculado con los jóvenes o niños que se han visto afectados por… eh… como consecuencia digamos… que hayan quedado como consecuencia, afectados por la vacuna contra el Covid.
No hay… usted no ha demostrado nada de eso. Lo que nos ha mostrado de una forma absolutamente irresponsable y faltándole el respeto al parlamento de la República, ha sido personas supuestamente imantadas -no sé si usted se acuerda cuando usted mostró personas con cucharas en el pecho- de una forma… que yo honestamente, por lo menos en la edad que tengo y la memoria que tengo, no recuerdo una falta semejante de irresponsabilidad, una falta de respeto semejante a nuestro Parlamento y a lo que representa ese Parlamento. Yo creo, y se lo digo con el mayor de los respetos, usted es un error de nuestra democracia.
En Uruguay todos somos libres para votar, pero lo que usted está haciendo a nivel del Parlamento desinformando a la población es… atenta contra la salud pública. Atenta contra la salud pública.
Hay aspectos que pueden resultar graciosos, que pueden parecer simpáticos, que pueden generar risa, y seguramente a lo largo de esta hora y media que lo hemos escuchado seguramente ha provocado alguna de esas cosas en los hogares. En mi caso no. A mi me produce un profundo, pero un profundo dolor el hecho de tener que salir a revertir cada una de las cosas que usted sistemáticamente ha dicho, y para las cuales no tiene información sobre la cual ampararse. Esperaremos en todo caso las respuestas que le da el Ministerio de Salud Pública, pero reitero, me parece que cada uno de sus dichos es una falta de respeto a la Academia, a la Universidad de la República, a los Científicos, a los investigadores que tenemos en este país, y a todo el trabajo que se ha procurado hacer en el marco de esta pandemia.”
La intervención de Patricia Madrid es quizá el mejor ejemplo de cierto mecanismo fundamental que parece estar moviendo a los periodistas uruguayos o de cualquier parte. Entregados a un comercio muy sencillo, éstos venden su imagen al discurso hegemónico del sistema, a cambio de permanecer en los puestos y mantener sus tiempos de pantalla en horarios centrales. Para mantener esa posición, lo único que cada uno de estos periodistas contemporáneos tiene prohibido es informar cualquier cosa que cuestione la narrativa fundamental del sistema, toda organizada alrededor del antes citado dogma fundamental.
El asunto es bien simple y glorificarlo con elaboradas elucubraciones representa una desproporción. El carácter ínfimo de estos espectáculos masivos no debe perderse de vista. César Vega no es un error de la democracia. En todo caso lo sería el resto del Parlamento, que hasta ahora ha sido incapaz de estudiar, investigar, formar una comisión que se preocupe por la Salud Pública de la gente, en lugar de hablar oquedades, mirar para otro lado cuando la atención médica se derrumbó por los “protocolos” ilegalmente impuestos a la profesión médica en el país, y la tasa de mortalidad no Covid subió misteriosamente a la estratósfera en 2021 y 2022.
El nacionalsanitarismo es el escudo que mantiene este genocidio como un siniestro mar de fondo de la vida, aquí y en todas partes. Esa nueva forma de ideología autoritaria se resume en algo que proclama Madrid en otro momento: “Yo elijo creerle a la Ciencia, a nuestros científicos y a nuestros investigadores, que son personas serias y reconocidas a nivel internacional“. Esta afinidad electiva hace un triple milagro desastroso: confina a la verdad a ser ejercicio relativista (“yo elijo”), ser cualquier capricho que un “mediático” decida y respalde con su retroconfirmatoria ignorancia; reduce la ciencia local a la obediencia a un dogma hoy global; y se apropia de ese dogma global para hacerlo verdad chauvinista Made in Uruguay.
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Todo lo que subyace al episodio podría ser juzgado en base a una disyuntiva extremadamente simple. O bien las cosas realmente son como dice el periodismo de horario central, y no hay investigación ni prueba científica alguna de lo contrario, y nadie puede insinuar siquiera que las llamadas vacunas no sean ni seguras ni eficaces. O, en cambio, hay prueba científica de que lo que dice Vega acerca de la peligrosidad de estas inyecciones es terriblemente real.
El periodismo de horario central parte de una desventaja fatal. Cree que no existe vida inteligente o ciencia real más allá de los pseudo expertos que hacen el ridículo cada semana en estos programas, o las “autoridades nacionales” o, como dice Madrid, los “investigadores que existen en este país“. A Patricia Madrid se le confunde la ciencia con el himno nacional.
Para sorpresa del imaginario de Patricia Madrid, y para prueba de su abismal incapacidad como investigadora, le ofrecemos a ella y a nuestros lectores, a continuación, más de 1000 estudios ya acumulados, publicados durante el último año en revistas como Nature, Science, New England Journal of Medicine, Journal of the American Medical Association (JAMA) o The Lancet -entre otras-, que demuestran la peligrosidad y eventual letalidad de las vacunas Covid 19.
Estos estudios contradicen todo lo que Patricia Madrid y su entourage de Polémica en el Bar cree y promueve todos los programas. Estos periodistas ignoran activamente, en particular, que algunos de los perjuicios que traen estas vacunas son la coagulación de la sangre, la miocarditis, la pericarditis, la trombosis, la trombocitopenia, la anafilaxia, la parálisis de Bell, el síndrome Guillain-Barré, así como cáncer y otras dolencias debido a debilitamiento generalizado del sistema inmune. Algunos de estos estudios, pese a confirmar los perjuicios, aun consideran que los beneficios son superiores a los riesgos. Otros no. La mayoría no se aventura a esa especulación.
Lo que todos estos estudios y sus autores investigan y muestran es el nivel inaudito de ocultamiento de los hechos en que está incurriendo esta clase de periodismo.
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