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En la primera entrega de la serie de entrevistas de Facundo Ponce de León durante la última campaña electoral titulada De Cerca, y que se divulgó por TV Ciudad, el periodista entrevistó al general Guido Manini Ríos. En la edición final quedaron fuera algunos pasajes. Gracias a la generosidad del autor de la entrevista, publicamos a continuación una selección.
Entrevista de Facundo Ponce de León
Facundo Ponce de León- ¿Te ha pasado en tu nueva carrera política, en tus recorridos de barrios, que se te acerque alguien identificado con la izquierda, que tenga familiares desaparecidos y te pida para hablar, te haga cuestionamientos?
Guido Manini Ríos- No, no ha pasado. Lo que sí pasa es que mucha gente de izquierda, de esos barrios de Montevideo o localidades que viene y me dice “ahora estamos con usted”. Gente que está decepcionada, defraudada, gente a la que le han prometido muchas cosas y no han cumplido con ellos, esa gente, muchos de ellos vienen y nos dicen “yo voté a tal lista del Frente Amplio durante las últimas elecciones y ahora lo vamos a votar a usted”, eso sí ocurre. Ahora, gente por el tema desaparecidos, no he tenido ningún incidente de ese tipo hasta ahora.
– ¿Cómo reaccionarías si te pasa una cosa así?
– Y yo le diría: “bueno, yo también tengo interés en que aparezcan los desaparecidos, me encantaría que aparecieran, haría lo posible si tuviera alguna forma de llegar a encontrar desaparecidos”. Lo he dicho siempre aparte, lo he dicho en el cargo, lo he dicho después cada vez que me lo preguntan.
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– ¿Nunca te tocó torturar a alguien? ¿Nunca recibiste una orden de: “a Fulano hay que hacerle tal cosa”?
– Ni a mí, ni a ningún compañero mío.
– ¿Pero no negás que esas cosas pasaron?
– Yo no niego, no voy a tapar el sol con un dedo, pero no me tocó, es un tema de épocas.
– Casi que dirías “tuve la suerte de que justo mi formación termina cuando se entra en democracia”?
– Claro, cuando ya había pasado todo el período de enfrentamiento.
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¿Qué estás leyendo?
– Leo básicamente temas de historia, tengo un libro de Paul Johnson, “Historia de Estados Unidos” se llama. Son como mil páginas, lo estoy leyendo de a poco ahora1:25:49
– Escribió intelectuales también.
– Escribió sobre los judíos también…
– Los judíos, cristianismo, son todos así.
– Ahí va, eso es lo que estoy leyendo ahora, pero leo de a poquito, 10 páginas por semana, por el tiempo que tengo últimamente. Me gusta leer libros de historia, me leí toda una colección de José María Rosa que tiene la historia argentina en varios tomos.
– Y porque además 19 años después de tu carrera militar estudiaste la licenciatura en historia.
– Sí, en el año 97, empecé a ir a la Católica, en 4 años hice la licenciatura en historia.
– ¿Sentías que te faltaba como esa base más general de la historia?
– Yo que sé, la historia es leer, para saber historia no es necesario ser licenciado ni haber estudiado metódicamente. El ir a ese tipo de carreras, de cursos, a uno lo enriquece mucho. Aparte, yo tuve profesores que eran realmente referentes en temas históricos, como Alberto Methol Ferré, Ana Ribeiro, Enrique Mena Segarra, Guillermo Vázquez Franco, esos fueron profesores míos, y otros más, que realmente a uno le abren los ojos, uno les pregunta, intercambia ideas, coincidiendo o no con ellos en algunas cosas, pero siempre es bueno. Uno profundiza ahí los conocimientos de historia, que los puede adquirir igual leyendo mucho, pero siempre tener el método ayuda.
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– ¿Tú eras plenamente consciente de que eso que hacías podía tener las consecuencias que tuvo, que era te removieran del cargo. y ahí ya sabías que si pasaba eso te lanzabas a la política?
– No, no. Eso que yo hice no tuvo la consecuencia de cesar en el cargo, yo seguí en el cargo unos meses más. Eso que hice, pensé que podía ser motivo de alguna sanción, creo que fue un poco desmedida la sanción que se tomó en su momento, pero eso es un tema subjetivo, no sirve de nada empezar a decir si fue lo que correspondía o no. Después seguí unos meses más, el motivo de mi cese fue cuando yo hago una crítica a la actuación de la justicia en determinados casos, en los que fueron juzgados militares. Casos en los que ninguno de ellos está ni Gavazzo, ni Silveira, eran 9 casos que yo menciono en un escrito, en el cual los militares juzgados, a mi entender, no habían tenido las garantías necesarias en esos juicios. Eso fue lo que ocasionó mi relevó, no fue ni Gavazzo, ni tampoco fue lo que hablé por la ley de retiro.
– ¿Sabías que ese escrito que presentas podía tener las consecuencias que tenía?
– No necesariamente tenía que tener esas consecuencias, era un escrito reservado.
– ¿Y sabías que si tenía esas consecuencias vos te largabas a la política o fue algo que alguien te sugirió, ya estaba planificado dentro tuyo o como fue?
– No, no estaba planificado. De haber sido otro el resultado, de haberse mantenido en reserva el documento…
– …capaz que seguías siendo el comandante jefe del ejército.
– Aparte varios de esos casos que yo le menciono en el escrito al presidente los había hablado personalmente con él un año antes, dos años antes. Dos de esos nueve casos yo los había hablado personalmente con él. O sea que esto era un escrito reservado aparte. No necesariamente tenía que concluir con el cese en el cargo.
– Pero ya tenías el antecedente.
– Claro, yo ya venía jugando con tarjeta amarilla como se dice. Eso uno podía preverlo, no voy a decir que dentro de las posibilidades que barajaba no estaba lo que pasó finalmente. Estaba. A todo esto, había habido una movida, se venía haciendo una movida de mucha gente por las redes, o en forma a veces personal, telefónica, que me decían que yo me tenía que tirar a la política. A todos, mi contestación era: “estoy en el cargo, no puedo, para el 2024 hablamos”. Esa respuesta se la dí a varios, a decenas. “Para el 2024 vemos, después que deje el cargo, habrá tiempo para pensar a ver si hacemos algo, a ver si no hacemos”. Ese era mi razonamiento, el día que yo quedo cesado en el cargo efectivamente, al día siguiente, este partido que se había creado hacía dos meses, públicamente me propone como candidato. Yo tomé unas tres semanas para poner en la balanza todo lo que significaba eso.
– Contame esas tres semanas.
– Fueron bastantes duras esas tres semanas, porque en definitiva tampoco tenía claridad de la magnitud de los obstáculos, inconvenientes, dificultades que iba a enfrentar.
– ¿De qué tipo?
– De todo tipo, que para empezar no teníamos ni recursos económicos, ni organización ninguna. Y era evidente que nosotros, como un partido nuevo, independiente, le íbamos a molestar a otros partidos que ya estaban en carrera, y que íbamos a ser el blanco de críticas y ataques desde esos partidos y desde los medios que responden a esos partidos. Nosotros lo asumimos desde el primer día, que esa posibilidad iba a estar. Creo que esos ataques y esas críticas fueron aún más de lo que uno pensaba que iban a ser, desde el primer momento. Y esas semanas fueron de encuentros, de razonamientos, de pros y contras, de “¿y para qué me voy a complicar la vida, si yo como retirado puedo vivir tranquilo?”. Yo tengo un campo en Artigas, puedo ir a Artigas y dedicarme a eso, que nunca lo pude atender, porque nunca tuve tiempo efectivo para atenderlo. Podría haber ido tranquilamente y hasta capaz que ganaba dinero, en vez de entrar en este camino tan difícil. Pero en realidad yo entendí que no me podía quedar de brazos cruzados, viendo la posibilidad de dar un aporte en un escenario político muy complicado, en una época que yo creo que para el Uruguay es crucial, porque estamos viviendo una crisis de distinta índole. Tal vez no tan grande en lo financiero y económico todavía, a pesar de que ya hay indicios de deterioro claros, y pérdidas de de empleos. Pero tal vez no sea tanta la crisis económica financiera como cultural, y como la fractura que se está dando, como las proyecciones que uno puede ser para el futuro. Un país que se está transformando de a poco en inviable, y yo creo que es urgente dar un cambio de timón rápido. Uno hace su aporte, quiero hacer mi aporte, al menos quiero que el día que me muera, sea tranquilo de que hice todo lo que estaba a mi alcance. No me quedé, pudiendo hacer algo. No dejé de hacerlo.