ENSAYO
Por Ben Bartee
La izquierda de la Justicia Social© no cederá hasta que haya sacrificado todas las vacas sagradas de la civilización occidental en el altar de la Diversidad©. Al final, por supuesto, el movimiento se derrumbará y se canibalizará a sí mismo, pero no antes de haber infligido un daño fatal a Occidente.
Si tienes un libro favorito con un personaje principal heteronormativo que te gusta tal y como es, mejor entiérralo ahora antes de que algún ambicioso académico de estudios femeninos y de género convertido en dramaturgo llegue a él:

“¿Importa que Juana de Arco no fuera una mujer? Nuestra nueva obra Yo, Juana muestra a Juana como una líder legendaria que utiliza los pronombres ellos/ellas”, anunció el teatro Shakespeare’s Globe de Londres.
Los activistas que se bañan en este tipo de historia revisionista alternan entre a.) reclamar una licencia creativa (rechazando las críticas con el argumento de que están produciendo una ficción innovadora) y b.) insistir en que sus fantasías desquiciadas son, de hecho, objetivamente ciertas.
Su posición cambia según el argumento que más les convenga en cada momento.
Por ejemplo, el periodicucho de propaganda LGBTQ+++© Pink News produjo esta pequeña cancioncilla – titulada “Juana de Arco no se llamaba a sí misma no binaria, pero su género no es tan sencillo” – para convertir la ficción en realidad:
“El arte es interpretativo. Pero también lo es la historia*… Juana es una figura histórica especialmente esquiva y complicada. No podemos acceder a la comprensión que tenía Juana de su propio género, ni a cómo se relacionaba con los roles de género de su época. Sólo podemos mirar el material de origen disponible e interpretar cómo se expresaba“.
Hay una deliciosa ironía en el hecho de que los ideólogos transgénero conviertan a Juana de Arco en un eunuco sin género. El movimiento LGBTQ+++© que las feministas de la tercera ola dieron a luz ahora muerde la mano que le da de comer, borrando la feminidad de una de las mujeres más icónicas de la historia.
Del mismo modo, Broadway recientemente “dio a los Padres Fundadores una cirugía de reasignación de género“, que el Washington Post calificó de “profundamente conmovedora e inspiradora”.
Se podría argumentar que todo esto es un revisionismo normal. ¿Pero qué pasaría si el zapato estuviera en el otro pie, por ejemplo, una obra que convirtiera a Rosa Parks en un Proud Boy? ¿Cómo sería eso con los cheques azules de Twitter, o con la redacción del Washington Post?
Por supuesto, una producción de este tipo sería castigada por reflejo como apropiación cultural o borrado o lo que sea, el último aliento enfermo del omnipresente espectro de la supremacía blanca que no muere y que lo impregna todo a la vez.
“Todo es sexista. Todo es racista. Todo es homofóbico. Y hay que señalarlo todo”.-Anita Sarkeesian, extraordinaria feminista de la tercera ola
El racismo y el sexismo y los otros “ismos” son las lentes a través de las cuales estas personas ven literalmente todo. Incluso cuando se encogen de hombros y consideran su revisionismo como mero arte, ven el ámbito de la cultura pop no como un lugar de exploración creativa, sino como un campo de batalla.
Los padres normales creen que Disney hace dibujos animados para entretener el capricho de la infancia; los creadores saben que hacen propaganda que moldea la visión del mundo de su joven audiencia.
Los ideólogos de la Justicia Social© son incapaces de producir artefactos culturales que no tengan una agenda. El matiz no es su modus operandi. Nada de esto es discreto o sutil. Todas las producciones de Hollywood de la era moderna te abofetean en la cara con sus mensajes.
He aquí algunas obras de arte que los medios de comunicación corporativos nunca celebrarían, ni siquiera permitirían que existieran, bajo ninguna circunstancia: Mohammed Hace Dubai: Las Mil y Una Noches en el Underground Homosexual o A Ghandi lo pone Curiouso la Derecha Alternativa: Los Años de la Nación Aria.
Todo el mundo sabe intuitivamente que esos libros serían prohibidos en Amazon y YouTube. Sus creadores serían excoriados y retirados de PayPal. Ni siquiera requieren censura para ser suprimidos porque nadie que no quiera convertirse en un paria social los produciría en primer lugar.
Las mitologías culturales no occidentales no sólo reciben un pase de los ingenieros sociales revisionistas, sino que se les concede una protección legal especial. La izquierda de la Justicia Social© reserva su vitriolo autoflagelante y autodespreciable para Occidente por deferencia a la “diversidad”. También tienen miedo de jugar con las culturas no occidentales de la misma manera, porque éstas no tienen la misma tolerancia para el discurso contracultural (que incluye tomarse libertades artísticas con los sacrosantos iconos históricos).
Así, a través de la guerra asimétrica, se permite a la mente de colmena de la Justicia Social© dar un golpe de estado cultural bajo la apariencia de estar creando arte de vanguardia.
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(*) Este es el ethos posmoderno; no existen los hechos históricos; sólo hay interpretación. La victoria ideológica depende de que se promueva más agresivamente la propia narrativa interpretativa que la del oponente.
Publicado originalmente aquí