La relación entre el presidente estadounidense y Kiev viene de lejos. Pero el enredo de la familia Biden con el negocio del petróleo y el gas amenazó con echar por tierra su llegada a la Casa Blanca.
INFORME ESPECIAL / Antecedentes
Informe de TGCom/Mediaset, Italia
Joe Biden, Vladimir Putin y Ucrania: no es sólo una historia de los últimos días, sino un tira y afloja con orígenes más lejanos. Durante la presidencia estadounidense de Barack Obama (de 2009 a 2017) la mano derecha con un “apoderado” en política internacional fue el propio Joe Biden. “El presidente Obama me envía a lugares a los que no quiere ir”, dijo en febrero de 2014 cuando llegó a Kiev poco después de que se sofocara sangrientamente la dramática revuelta popular de la plaza Maidan. Llegó en apoyo del frágil gobierno ucraniano poco después de la huida del presidente prorruso Yanukovich. Moscú decidió anexionar Crimea con un bombardeo militar, pero no siguió adelante por el “muro” levantado por Biden.
Biden y su odio a Putin
Fue Joe Biden quien, en aquellos años, llevó a cabo la política de acercar a Ucrania a la OTAN. Quería quitarle el poder político y económico a Rusia. Las relaciones con Putin nunca han sido serenas. Los biógrafos estadounidenses hablan de un odio entre ambos y al propio Biden le gusta recordar un encuentro entre ellos. Kremlin, 9 de marzo de 2011, cena de gala. Joe Biden se acercó a Putin para susurrarle: “Señor Presidente, le miro a los ojos y creo que no tiene alma. Putin sonrió y respondió: “Usted y yo nos entendemos. Biden voló a Kiev y bloqueó eficazmente el avance de Putin desde Crimea. Ocho años después, el presidente ruso, al anunciar la operación militar en Ucrania, dijo: “No cometeremos el mismo error una segunda vez”. En parte refiriéndose a ese mismo episodio.
La familia Biden y las relaciones económicas con Ucrania – En los últimos años, el nombre de Joe Biden también ha estado asociado a un escándalo relacionado con Ucrania, que también hizo tambalear su candidatura. El escándalo, hay que decirlo, también estaba compuesto por fake news llevadas a cabo por su antagonista, Donald Trump, que incluso ha llegado a someterse a un juicio político, aún en curso, por unas acusaciones falsas. El “escándalo” se refiere a la contratación de Hunter Biden, el hijo de Joe. Hunter siempre ha sido considerado la “oveja negra” de la familia. Era reservista de la Armada, pero fue dado de baja en 2014 porque dio positivo en cocaína. Su hermano Beau, un prometedor político y probablemente el verdadero “heredero” de Joe, fue abatido por un tumor cerebral en 2015. Hunter Biden no tenía grandes perspectivas en su país, pero gracias a su título de abogado, encontró su “fortuna” en la consultoría.
El caso de Burisma Holdings – En abril de 2014, Burisma Holdings, la mayor empresa energética de Ucrania (activa tanto en gas como en petróleo), contrató a Hunter Biden para una consultoría. Tener un nombre de “peso” en su consejo de administración habría beneficiado sin duda el prestigio de la empresa. Hay que decir que Ucrania y sus empresas suelen ser recordadas por su falta de transparencia y, sobre todo, por su alto nivel de corrupción. Hunter Biden tiene un sueldo de 50.000 dólares al mes. Todo transparente, si no fuera porque durante esos meses Joe Biden continuó con la política estadounidense destinada a que Ucrania recuperara la posesión de las zonas del Donbass que ahora se han convertido en repúblicas reconocidas por Rusia. Se cree que la zona de Donespt es rica en yacimientos de gas no explorados que han acabado en el punto de mira de Burisma Holdings. Una política internacional entrelazada con la política económica que hizo que incluso los medios de comunicación norteamericanos se pusieran de perfil en su momento.
Trump, las elecciones y las fake news – Y así llegamos a 2017, el año en que Donald Trump se convierte en presidente. Y llegó a la Casa Blanca también gracias a su uso algo ardiente de las redes sociales. Sólo después de su elección se descubrieron empresas como Cambridge Analytica, que utilizó información de los usuarios de Facebook para dirigir información muchas veces falsa, pero que impulsó el voto presidencial. Y luego los hackers rusos, que por orden de Putin, según la CIA, dañaron la campaña de la otra candidata, Hillary Clinton, meses después. La elección de Trump se llevó por delante al ‘amigo’ de Ucrania Joe Biden.
Ukrainianagate sobre Joe Biden – Durante la campaña electoral de 2020 estalló el Ukrainianagate. Donald Trump, en un intento de desacreditar a su oponente, presionó al presidente Volodymyr Zelensky para que abriera una investigación sobre el hijo de Biden y su relación con Burisma Holdings. Una investigación que podría haber hecho quedar mal a Biden. En una llamada telefónica con Zelensky, Trump dejó claro que la ayuda a Ucrania estaba vinculada a la apertura de esta investigación. Y, de hecho, la ayuda económica y militar a Ucrania se detuvo minutos después de esa llamada telefónica. Evidentemente, Zelensky no había dado suficientes “garantías” sobre esa investigación. Pero esa llamada (así como una serie de testimonios) abrió la puerta a la destitución del magnate.
Biden y Zelensky, el último acto – Llegamos a diciembre de 2020, Joe Biden es el nuevo presidente de los Estados Unidos. La situación en Ucrania comienza a calentarse de nuevo mientras el “enemigo” de Putin vuelve al campo. En una entrevista con el New York Times, Zelensky se congratuló del resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos: “Joe Biden conoce Ucrania mejor que el anterior presidente y ayudará realmente a resolver la guerra en el Donbass y a poner fin a la ocupación de nuestro territorio”, dijo el presidente ucraniano con mucha confianza. La historia actual dice lo contrario.
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