POIESIS / 55
Por Martín Kohan
Toda escritura de Felipe Herrero, incluso la que no responde a la que por convención llamamos poética, se modula como poesía y adquiere sus destellos. Escribe detenidamente y nos exige, sin tener necesidad de decirlo, que lo leamos detenidamente también. No es la literatura en la que una palabra lleva a la otra: es la literatura en la que cada palabra resulta indispensable, cada una es elegida de tal modo que nos transmite la feliz certeza de que ninguna otra podría haber estado en su lugar.
PASAJERO DEL AIRE A Pascual Herrero I sabías que esa mano tocaría la palabra "caballo" a viva vena y que los ojos como fuentes claras rimarían esa canción por años ese tránsito de azules perpetuos signados por un pájaro de altura y una sombra rapaz entre los montes II hermano, yo canto porque la vida me ha pedido que cante hacia la muerte tu mano en la mejilla del caballo tu mano dando vida en alimento y en tu cara risueña se palpita un lento despertar de lucha y ritmo III yo lo he visto por la noche al animal que perdió la inocencia tras la bruma y tengo de esas almas a mis lados para cantarlas hoy con voz atenta y tengo de esas almas en los dedos cuando toco guitarra por las noches IV hermano, mi querido dulce hermano son caballos pasajeros del aire como ánimas del viento y de la luz van trazando tempestades del pasto van desde el viejo molino de vida hacia el ruido y la marca del galope hacia el cielo inclemente de la noche se despiden del viento cuando pasan como un ciclo presente en carne viva APLAQUE entiendo la experiencia del caballo a veces se maquina con el viento y pasa echando nubes de canela como un vestido su mirar se enreda a veces siento un pacto de silencio que me entrega el caballo con su andar y siento esas tensiones relajadas como un motor en pausa que se apaga Punta del Marqués, agosto de 2021 MIENTRAS EL SOL ASCIENDE ante la puerta de Apolo en esta isla remota del Egeo lo veo mascar pausado esa brizna de pasto el viento apenas transita medianeras voces que se agolpan batallas perdidas o ganadas da lo mismo todos terminaremos en la fosa pero él apoya la pata al pie de esa puerta de un lado el instante del otro la historia desconoce esas carambolas mientras la brizna rueda como la rueda el colmo humano dirección hacia ninguna parte ¿qué haré cuando el mundo me atardezca? ¿pasará el instante o la historia? tal vez pensaré en ese caballo hasta que mi cuerpo repose en la hierba El Tordillo, octubre de 2021 IDO ondula este piélago de tristeza no existen palabras a enumerar la realidad gris que le atosiga su brillo se ha ido, al cielo, poeta y en esa soledad en esa costa austral límite del cuerpo límite de un algo siento llorar a los que ríen páginas de grandeza llenas de una tierra incógnita de mapas, astros y flores de un lento crepitar de pasos grandes por su foráneo Montevideo son todo lo terráqueo y todo lo que contienen Alfredo, hoy te digo en este jueves de lluvias gracias por calcar tus soles en mis hojas y por esta amistad de ternura Punta del Marqués, febrero de 2022 LUNA RUPESTRE tenemos la certeza de que el mundo se mueve en las hojas la luna rupestre teje en los ojos una órbita sobre el monte Olivia tu Jean-Francis se ha ido tu Juan se ha ido tus Juanes se han ido y tu te despides con la mano alzada en una balsa cancerígena rumbo a la mar de los costados yo me quedo, Alfredo tengo una órbita de piedra en la palma de la mano ella me dice lo ancha que ha sido tu mente en esta vida intransitable *NOTA: Los primeros tres poemas corresponden al poemario A la ternura de los caballos (Alción editora, 2022; Córdoba, Argentina), los dos últimos son inéditos.

Felipe Herrero (Buenos Aires, Argentina, 1985) es poeta, editor, librero y fue operador en la industria del petróleo. Fue director de Melón editora (2011~2014) y actualmente dirige la editorial lisboa que publica a poetas, narradores y ensayistas de habla hispana. Vivió en diferentes ciudades y actualmente está radicado en la ciudad de Ushuaia.
En poesía publicó entre otros, Legua roja (2011; 2013), pirueta solar (2011), El cálido viento de la noche (2012), Noruega /Norway (2012), Avenida de Mayo (2013), Impureza de los días (2014), Río antiguo, alba antigua (2015), Estoico (2016), Cañones para despeinar a Hitler (2017), Luz natal (2018), Nueve poemas (2018), Oír (2019) y Legua azul (2020).
En narrativa publicó los libros de relatos Del ovillo al suéter (2008) y Agua marina/ Otoño y olvido/ Bajo nieve (2010).
Su poesía fue parcialmente traducida al inglés y al italiano y está incluida en distintas antologías de su país y del extranjero entre las que destacan El hilo dorado. Muestra de poesía argentina reciente (Vallejo & CO., 2015, Perú) y Bajé para respirar (Ediciones Arroyo, 2021).
(Las fotografías son de Karen Tatiana Nieva).