ECONOMÍA

Por Luis Muxí

Finalmente el proyecto de Presupuesto ingresó al Parlamento con las formalidades de rigor el 31/8/2020. El texto que en definitiva resulte aprobado seguramente afectará derechos, obligaciones, intereses y expectativas de la población en general, de los funcionarios en particular, y de los sectores sociales empresariales y gremiales involucrados. Todo reparto de bienes escasos, limitación o cambios en el uso y afectación de los mismos, restricción o ampliación de alternativas posibles o elección entre diversas variables, involucra para cada quien, ventajas y desventajas absolutas y relativas.

El Presupuesto trata de una parte importante del Producto Bruto o sea de la corriente de producción de la economía nacional, pese a que no es un instrumento universal y comprensivo de todo el sector publico como veremos. Y constituye a la vez la herramienta fundamental que determina el uso y aplicación de la mayor parte de los recursos nacionales. El mismo refleja en definitiva la forma y estructura del gasto publico futuro, sus ideas rectoras, su orientación institucional, y su finalidad política, social y económica. La cual a gusto o no determina afecta y compromete la actividad privada.

La primera e inevitable confrontación que soportará el texto es de tipo ideológico, entre gobierno y oposición. El marco de las diferencias resulta de fácil apreciación diaria, en cada ocasión que se ventilan diferencias con marcada sensibilidad y afectación. Con la salvedad de que el Poder Ejecutivo debe a su vez contemplar los matices entre su propia línea de acción y la de sus diversos aliados. Hay temas expresamente compartidos y acordados, y otros donde existen diferencias de interés. Todo lo cual, más allá de la buena marcha del espacio multicolor, no asegura unanimidades completas. Habrá seguramente temas que serán objeto de negociaciones con el Frente Amplio, y otros en los cuales las diferencias serán a la interna del grupo a cargo del gobierno. Los resultados pueden ser de difícil previsión.

Por otro lado, las organizaciones gremiales que mantuvieron una actitud moderada durante la pandemia no parecen seguir en esa línea. El País del 24/9/2020 recoge el planteo del gremio de Ancap, quien afirma que el presupuesto “es la expresión económica, financiera y política de un proyecto desestatizador, concentrador de la riqueza y el poder, excluyente, clasista y de clara ideología neoliberal”. Enfatiza en algunos casos que representan entrega de la soberanía. Hay seguramente quien no comparta las expresadas opiniones, que no son novedosas ni originales. Y un análisis desapasionado del texto y de sus alcances, permitirá determinar si la opinión de los funcionarios de Ancap se corresponde con la realidad o solamente con los intereses, programas y expectativas exclusivas de sus trabajadores.

Existen también grupos de presión, o de poder, que procuran en esa única instancia (largo y dilatado partido que se juega durante meses en dos tiempos y espacios) satisfacer sus particulares demandas, cualquiera sea su importancia en la sociedad y cualquiera su capacidad de incidencia real en el proceso de sanción de la norma. Concurren bajo el amplio paraguas de “organizaciones sociales” representantes de las Cámaras, empresas individuales, gremiales de funcionarios como señalamos o gente en relación de dependencia laboral indirecta, así como varios y diversos grupos de intereses, pertenezcan al ámbito social, cultural o de cualquier otra naturaleza, dedicando tiempo y esfuerzo con el objeto de defender intereses particulares en varias jornadas en el Parlamento. Concurren desde los exportadores para facilitar su expansión y rentabilidad, hasta los defensores de grupos sociales excluidos o que se entienden excluidos de determinados derechos, oportunidades y beneficios, repitiendo a cada cámara el mismo y esperado discurso. ¿Por qué se repiten visitas y pedidos? Sucede que se entiende qué hay ocasiones o personas o circunstancias que ameritan golpear fuerte en todas las puertas y ventanas. Cualquier logro es un logro o una nueva oportunidad, como siempre fue de uso en el país, cualquiera fuera el gobierno de turno. Con la particularidad de que es una vez en cinco años, y el tema pasa por el exigido esfuerzo de discutir convencer y acordar, donde obviamente se gana y se pierde.

Al final y sin perjuicio del ejercicio democrático que los Poderes del Estado ejercen, no es menos importante la forma y contenido de la influencia de la sociedad toda, que se presenta de manera clara o confusa por sectores y áreas de actividad, todos los que dependen a su vez de su potencial influencia y de su capacidad de influir la propuesta inicial oficial.

Que ademas, digamos al paso se recuestan y apoyan en los diferentes grupos políticos, que colaboran a veces con los planteos de las organizaciones u obstaculizan en otras las expectativas de los actores sociales. En este caso, la gravedad de la situación presupuestaria que se vive desde hace unos años, y el notable déficit, no auguran grandes alegrías ni expansiones.

Los visitantes discurren gravemente, esperan mientras revisan contactos y comunicaciones telefónicas, invocan viejas relaciones y aportan largas y fundadas alegaciones. Van a terciar por cambiar una sección o un articulo, suprimirlo, sugerir textos interpretativos y agregar o quitar comas y puntos. Hay verdaderos profesionales del tema, que exhiben credenciales de sapiencia asentada en el lomo de varios presupuestos llevados y traídos.

Largas siestas de explicaciones se escuchan por parlamentarios  a amigos o enemigos políticos, para amortiguar un impuesto, crear una excepción, inventar una novedosa categoría, o simplemente discutir un agregado que pueda provocar una oportunidad, que terminan en una terminología ideada y vivida solo por iniciados en el rito. “Modificase la redacción del inciso g del art 4, de la ley xx en la redacción que le da el art 5 de la ley xx, el cual sólo será aplicable a los casos definidos por el art xx de la ley xx modificada en su texto “ etc.

Todo lo que ha creado, sin norma ni reglamento expreso, de manera un tanto difusa pero real, una cúpula de poder compartido, que opera con cierta regularidad (integrada por políticos, empresarios, sindicalistas, periodistas y otras formas de mayor refinamiento en materia de poder e influencia) que son funcionales a intentar la búsqueda de consensos para ajustar o modificar la normativa proyectada. Que no todos los empresarios son de verdad malos. Y es bueno y justo que se dediquen a crear riqueza para su distribución. Así lo señala, en nueva virazón ideológica el senador Mujica. 

Entra un proyecto de Presupuesto. Sale meses después otro diferente. Vale decir puede que el largo y dilatado proceso y la interacción de tantas opiniones y pactos, pueda que mutile o mitigue la idea central rectora de la política de uso de los recursos. O que se solapen ideas e intenciones originales con visiones diferentes. O se validen soluciones temporales fruto de concesiones de ocasión, a costilla de la demanda permanente y genuina del buen orden y la coherencia.

La ciudadanía en general esta fuera de la escena. Y lo que se difunde o circula carece de la debida claridad conceptual. La cúpula interviene por su parte y excusa comentarios. Es el signo que aparentan las cosas. Cuando estas lucen peculiar unanimidad lo correcto es mantener un debido silencio.

¿Será diferente esta vez? Veremos. Esta historia es diferente a la que estuvo vigente 15 años. El Frente Amplio, salvo honrosas y destacadas excepciones jugó siempre a la unidad. Que sigue siendo la base de todo su sustento. Y mantuvo por ello una estrategia de brazos enyesados que votaba por solidaridad de clase. Más allá obviamente de las grandes diferencias que tenia y que mantiene a la fecha. Pero siempre lo peor es perder. 

La gran diferencia es la multitud de partidos, de grupos dentro de estos, y de posible futuras nuevas anexiones o separaciones. Todo lo que provoca mayor discusión. Y mayor posibilidad de transar. Cuanto más se transa más se pierde coherencia.  

eXtramuros iniciará, en el próximo número, un análisis permanente del tema, que incluya una atenta ocurrencia a la mirada de los textos (son 690 artículos), y al seguimiento de las orientaciones de políticos y miembros de las organizaciones sociales. En un marco que no deje de lado un debido estudio de las propuestas, y un énfasis fuerte en las demandas de cambio, sean de quien sean. Seguiremos el derrotero de lo planteado, lo discutido y lo que resulte en definitiva en cambios de sustancia. Por efecto de transacciones politicas o del resultado de aportes sociales. Esa será nuestra visión del proceso de la sanción.

Iremos viendo así en paralelo quienes y por qué sustentan tanto las acciones como las reacciones a los planteos. Y quienes son o pretenden ser los agentes de cambios concretos -un ir llevando paso a paso todas las alternativas relevantes. Esto será a su vez, objeto de una visión de los factores económicos en juego.

Se trata de que los lectores puedan conocer del tema a partir de una versión independiente, severa y analítica, que permita determinar la verdad de la discusión, la certeza de la búsqueda de esa verdad, y la importancia del presupuesto, a cuyos efectos también estaremos atentos a todos los que no integran este cuerpo normativo.