* Un ejemplo actual sobre cómo opera el “sistema” bipartidista en EEUU

ECONOMÍA

Por Salvador Gómez

Sam Bankman Fried (SBF), el chico prodigio que levantó “de la nada” un imperio con su crypto exchange trading, FTX, estaba en Bahamas antes de ayer, lunes 12 de noviembre, tranquilamente esperando subirse a su jet privado para ir a Washington, donde tenía ayer, martes 13, una cita con el House Financial Services Committee, el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Diputados norteamericana. Había sido citado para declarar por el escándalo que se desató cuando los días 11 y 14 de noviembre FTX declaró formalmente bancarrota acogiéndose al conocido por Capítulo 11. Con ello, millones de clientes en el mundo perdieron todo o buena parte del dinero invertido en la trading, y es muy dudoso que puedan recuperar algo de ello.

Esto no es nada. Porque en esos días -ya pocas horas después de las elecciones de medio término- se empezaban a conocer dos hechos conectados. El primero, FTX es -según datos públicos de contribuciones a campaña- uno de los mayores donantes al Partido Demócrata en toda la historia, después de Michael R. Bloomberg, George Soros, y unos pocos más. En una entrevista luego -que parece control de daños, pero quizá sea también cierta- Bankman Fried dijo que había donado tanto a uno como a otro partido. Conociendo la política real norteamericana de hoy, no cuesta nada creerle. 

El problema extra es que esos son los datos públicos, blanqueados. La acusación que se hace ahora a SBF es que las contribuciones principales no figurarían en esa lista. De hecho, uno de los cargos levantados contra FTX en la denuncia que ahora lo detuvo, el Octavo, es que violó la Ley correspondiente que regula las donaciones políticas. “Desde al menos 2020, y hasta noviembre 2022 inclusive, Samuel Bankman-Fried, el acusado, y otros conocidos y desconocidos, se combinaron a sabiendas, conspiraron, se confederaron, y acordaron entre sí para defraudar a los Estados Unidos, en violación del Título 18 del Código , Sección 371, y voluntariamente se combinaron, conspiraron, se confederaron, y acordaron entre sí cometer ofensas cntra los Estados Unidos al involucrarse en violaciones a la ley federal relativas a la consecución, recepción y declaración de una contribución, donación, o gasto, en violación del Título 52, Código, Secciones 30109 (d), (1), (A) y (D).

He ahí la justicia planteando oficialmente la existencia de una conspiración que involucra la financiación de los partidos políticos en Estados Unidos. Se trata de un cargo que difícilmente sea aclarado, como veremos enseguida.

FTX había establecido un mecanismo de cambio directo con el actual gobierno actual de Ucrania, el cual a su vez recibe ingentes cantidades de dinero del gobierno norteamericano, gobernado actualmente por el Partido Demócrata. A través de FTX el gobierno ucraniano estableció una “cuenta corriente” de cambio de cripto por dólares. El pretexto, por supuesto, poder cambiar la “ayuda de la comunidad cripto al derecho de los ucranianos de luchar por su libertad”, enviada en criptomonedas, a dólares, como lo muestra esta nota de marzo de 2022. El párrafo clave: “”Aid For Ukraine muestra cómo la comunidad global de criptomonedas y el sistema financiero tradicional pueden trabajar juntos”, dijo el cofundador de Solana Labs, Anatoly Yakovenko. “Las criptodonaciones a la DAO se almacenan y gobiernan en la cadena, y luego se transfieren a FTX, un intercambio centralizado, para ser vendidas por dólares fiat enviados a través de SWIFT al gobierno ucraniano.”

Nota del sitio CoinTelegraph de marzo, donde se confesaba cándidamente la conexión Ucrania-FTX

Es decir, tenemos una cuenta abierta con FTX (donante del sistema político norteamericano), “controlada” por el gobierno más corrupto e incontrolable actualmente en la tierra, el de Ucrania. El círculo Gobierno -> Ucrania -> FTX -> Partido Demócrata (y Partido Republicano, que apoya al complejo militar-industrial “defendiendo la democracia en Ucrania” igual que el otro) parece muy fácil de ver, pero hay mucho más conectado a FTX en los últimos dos años, como esta nota lo resume

Pero los planes de viaje de SBF se vieron interrumpidos. Agentes federales norteamericanos aparecieron en su residencia en un complejo privado de Bahamas, lo arrestaron, y lo incomunicaron ayer poco después de las 18 horas locales. La orden de arresto venía del Distrito Sur de New York. El periódico New York Times, bastión del Partido Demócrata, hace unos días había invitado a SBF a dar una charla, por la que se cobraba 2.400 dólares la silla. Esto era, aparentemente, parte de un proceso de re-legitimación del estafador, quizá como una primera estrategia de opinión pública, o para ayudarlo en el inevitable proceso judicial que seguiría. El mismo periódico había advertido que antes de poder detener a SBF habría de superarse un contencioso relativo a la jurisdicción, pues Bahamas reclamaba ella misma ocuparse de su residente.

El arresto, sin embargo, no fue discutido por las autoridades locales, que se limitaron a emitir un comunicado en el que informaban que seguirían por su lado con el procesamiento. SBF fue incomunicado, puesto en un avión federal, y trasladado al continente norteamericano. La audiencia ante el Comité, en la que estaría a merced de diputados no solo amigos, sino también quizá de alguno que lo esperaba con preguntas reales e incómodas, quedó suspendida de hecho. 

Esto no pudo más que despertar la ironía de uno de los segundos, el Representante Lee Zeldin (R), quien tuiteó “Mañana, Sam Bankman-Fried tenía que testificar ante el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes. @HouseGOP estaba pronto para ponerlo en el horno en varias posiciones.
¡Esta nochecita resulta que SBF acaba de ser arrestado!

¿Por qué no permitirle testificar primero mañana, y contestar nuestras muchas preguntas?

Del otro lado, la Representante Maxine Waters (D), Presidenta del Comité mencionado, emitió un mensaje oficial en donde se declara “sorprendida”. No sabía nada. Protesta que ella estuvo trabajando duro un mes para asegurarse de que SBF compareciese ante sus pares, y ahora al menos se alegra porque “era hora de que la justicia comience a aplicarse” sobre el sujeto.

Maxine Waters, como una de las líderes del Partido Demócrata, es en realidad una de las mayores beneficiarias de la presunta estafa y el loop ucraniano de dinero de FTX. Por supuesto, todos los fact checkers que usted consulte, habitualmente también financiados por donantes del Partido Demócrata como Soros o FTX, niegan ardientemente que haya nada raro en todo esto.

Tarea de Fact-Checkers: proteger la narrativa oficial y a su ejecutor principal actual en EEUU, el Partido Demócrata

¿Cómo pudo darse esta movida judicial tan oportunamente coordinada para que no se conozca el testimonio legal de SBF al público? ¿Cómo se superó el aparentemente serio problema de jurisdicciones?

El Distrito Sur de New York es el corazón del corazón del poder del Partido Demócrata en el poder judicial norteamericano. Es el Distrito Sur el que operó desde el primer día en la justicia contra Donald Trump con todas las campañas que llevaron a los dos impeachment fallidos -la “intervención rusa” en las elecciones, los problemas de declaraciones de impuestos, o el raid a Mar-A-Lago buscando unos misteriosos documentos comprometedores que nunca aparecieron. La mayoría de esas movidas fueron operaciones de relaciones públicas, hoy desestimadas como falsas. Es, también, el Distrito Sur el que tuvo a su cargo un sonado caso de persecución judicial a comienzos de siglo contra la periodista conservadora Martha Stewart. Es el Distrito Sur, en fin, el foco principal de la cultura “liberal” en la justicia norteamericana, el que oportunamente se mueve ahora sobre SBF, lo “secuestra” de su aparición ante el público bajo juramento -algo que complica grandemente sus chances de contestar cándidamente a preguntas hechas por diputados que quieran intentar limpiar un poco el “pantano”, o diputados del Partido Demócrata que no hayan recibido el dinero suficiente de las contribuciones de campaña y hagan preguntas específicas acerca de a dónde, exactamente, fue ese dinero -y cuánto. Por ejemplo, Brad Sherman, diputado demócrata por California, está por ejemplo planteando preguntas concretas de este tipo, junto a otras que cuestionan todo el manejo de las criptomonedas, y las habría planteado en la audiencia si lo hubiesen dejado. 

¿Cuál es el punto de esta breve nota? Usted, si está atento, verá pronto en su periódico local noticias curadas por Reuters, AP o similares, que le informen que, felizmente, el estafador Bankman Fried está sometido a la justicia, y felizmente en Estados Unidos la Justicia es independiente, persigue a los culpables, y funciona… Así es como los medios repiten un elemento absolutamente central de la narrativa hegemónica: el sistema tiene problemas, sí. Pero es capaz de corregirlos.

¿Usted cree que esto es “someter a Bankman Fried a la Justicia real, ecuánime y justa, o poner en manos del zorro, una vez más, el cuidado de una gallina descarriada? Hay una remota posibilidad de que algún fiscal serio y comprometido con la justicia esté haciendo su trabajo en el Distrito Sur. Esperemos lo mejor…

Me olvidaba de algo importante y siniestro: es también el Distrito Sur que estuvo directamente involucrado en el misterioso proceso que terminó con Jeffrey Epstein, el nexo principal entre una red de pedofilia y grandes figuras de la política norteamericana -notoriamente los Clinton, entre muchos otros- primero preso, y luego suicidado (justo antes de que pudiese hacer algunas revelaciones más incómodas aun).

Ese mismo Distrito Sur es el que se mueve ahora sobre Sam Bankman-Fried, y lo silencia. Si yo fuera SBF, empezaría a preocuparme en serio.