POIESIS / 70
Por José Miguel Navas
Así olvidaron los hombres
que todas las deidades residen en el corazón.
Wiliam Blake
Para Edu Barreto los poemas que reúne en Beso negro surgen de la venganza, del ser radiante que, al escribir, da vida a un mundo personal inédito y a veces fatal; al respecto decía Clarice Lispector: «escribir es tirar una piedra a lo hondo de un pozo».
Hablo con Edu y lo imagino en su país, Paraguay, imagino sus pasos, su espiritualidad que, en sus versos, cubre los blancos de pureza y precisión. Imagino un país parecido al mío, de arenas movedizas, pero que, en su dolor, nos enseña a revivir el placer y la poesía.
En sus textos, Edu nos narra un ejercicio de lo cotidiano, del estudio de la palabra, de una vida íntima interesante, plena de sensaciones y verdugos que, a veces, se transforman en ángeles. Edu nos entrega un manifiesto sobre la soledad de los hombres solos; no hay nada más temible, reprochado y sospechoso que la soledad de un hombre, pero… ¿qué hay detrás de un hombre solo?, ¿qué existe dentro de una poesía creada bajo la más intacta vulnerabilidad y conmoción por la palabra? Estos poemas, quizá, que son épicos del derroche, del amor, del deseo y que satisfacen la interioridad de quién es capaz de recrear su mundo para el otro.
Se trata, pues, de una propuesta que busca reivindicar el trabajo poético de muchos escritores latinoamericanos que no se ajustan a un canon determinado. Por suerte, las redes sociales y las nuevas experiencias editoriales hacen posible que hoy en día leemos voces diversas, como la de Edu, que vienen de una formación literaria universal. Con Beso negro, Edu asume riesgos al delatar en confesiones su ética ante los hombres, al exponer
su travesía por caminos que a veces son infinitos, impenetrables, al indagar en discursos que se exponen al prejuicio y al estereotipo. La libertad es precisamente vivir, amar y enfrentarse a lo inevitable.
Comparto algunas palabras de Edu tomadas de nuestras conversaciones: «la idea es que la gente se conecte y entienda que la disidencia sexual no es un adjetivo que viene del polvo cósmico. Me gusta la cuestión que subyaga, que está debajo, que cuando uno mete la mano, de pronto, se deforma por el paso del agua. Hay que entender también que esas palabras vienen de procesos en los que se deformaron las cosas y después se volvieron otras».
Beso negro es metamorfosis, hombre que es ángel y desea desde la inocencia, desde la devoción por la palabra; cito a Edu «mi lengua es un arma de construcción/ es tu nombre hecho tirón lo que duele».
Acompañan los poemas el trabajo de ilustración del artista y poeta español Blas Nusier. Una serie de dibujos a bolígrafo que garabatean sensualidad, intimidad, deseo. Sus trazos van dando forma a la vida de manera orgánica e intuitiva. Blas ha captado la esencia poética de Edu y la traduce en instantes que nos dejan entrever la belleza de la entrega. (Madrid, 2021).-
Foto de portada: Alejandro Balcázar
Barreto-poemas

Edu Barreto (Asunción, 1978).
Diseñador gráfico, docente universitario (FADA UNA) y poeta. Participó de talleres literarios presenciales y a distancia a cargo de Victorio Suárez (Py), Lia Colombino (Py), Laura Yasán (Arg.), Florencia Defelippe (Arg.), Selva Almada (Arg.) y Rocío Cerón (Mx).
Publica de manera colectiva desde 2008, en el país y el exterior. Sus textos fueron traducidos al inglés, francés, portugués y alemán para revistas, blogs y podcast. Piensa que la poesía es un puente para reconstruir cercanías, por eso leyó junto con poetas de Asunción y Montevideo, poesía al oído en plazas y parques, a través del proyecto BienCerca: poesía íntima en lugares públicos, desde 2016. Esta acción migró a la virtualidad en 2020.
Primera piedra. Poesía gay bajo el agua es su primer libro autogestionado y lanzado en 2018.
Beso negro plaqueta digital lanzada por Petalurgia en 2021, dentro de su colección Versalia, es su segunda publicación, a cargo de esta editorial española. Representó a Paraguay en el Festival de poesía Sudaka Marika Machorra Trava Cuir, Bolivia 2022.