Presentamos una versión reducida y subtitulada de una denuncia seria y nunca contestada
CONTRARRELATO
Por Erin Olszewski
El 12 de mayo de 2020, cuando la crisis del Covid tenía solo un par de meses, una enfermera del hospital Elmhurst, en Queens, NY, se prestó a una entrevista.
En esa entrevista, la enfermera (ya con 21 años de experiencia en hospital, pese a sus 37 años de edad) narra los procedimientos seguidos en el Hospital Elmhurst, a los que llama “nuevos estándares COVID”.
Su relato revela varios puntos, que podrían resumirse así:
a) que la atención fue dejada prácticamente en manos de residentes sin experiencia, deseosos de complacer órdenes superiores de origen nunca bien aclarado;
b) que se siguieron protocolos indicados “desde arriba”, sin que nunca se especificase, pese a los repetidos reclamos de las enfermeras, a qué se referían esos médicos sin experiencia con “desde arriba”
c) que esos protocolos constituyeron, en conjunto, una estrategia criminal cuyo objetivo implícito era el cobro del dinero de Medicaid/Medicare destinado a los pacientes COVID puestos en respirador (29,000 dólares cada uno).
d) que esa estrategia terminó en el fallecimiento de la inmensa mayoría de los pacientes intubados
e) que una gran cantidad de los pacientes intubados no lo requerían, sino que fueron llevados -por los médicos- a aceptar ese tratamiento, a través de una serie de pasos seguidos metódicamente.
d) que se adoptó una política de “No Resucitar” a los pacientes COVID, pese a que las familias no estuviesen de acuerdo con ello. Simplemente se informaba a las familias que el paciente “no sobreviviría” y se seguía adelante con la no resucitación, algo que va contra las obligaciones que impone el título profesional tanto de los médicos como de las nurses-Éstas denunciaron y a menudo se opusieron abiertamente a ello.
d) que muchos pacientes sin COVID (es decir, con pruebas COVID negativas repetidas) fueron admitidos igual, y puestos en contacto con pacientes infectados, “en la esperanza de que se infectasen” acusa Olszewski, agregando que esto se hizo de modos sistemático y deliberado.
e) que esa estrategia fue explícitamente promovida en el Estado de New York (y en otros estados “fuertemente impactados” por la pandemia), pero no en otros como Florida, el estado de donde proviene Olszewski y donde trabaja habitualmente). En Florida, dice, la letalidad fue baja, debido a que no se implementó esa misma estrategia -que ella misma llama abiertamente de “criminal”.
Olszewski filmó en secreto muchas discusiones, datos y procedimientos, para sustentar su denuncia.
El Hospital Elmhurst está en una zona pobre de Queens, y atiende a residentes mayormente de clase baja, muchos de ellos inmigrantes. El protocolo aplicado los aisló completamente de todo contacto con sus familias y con el exterior.
Esa denuncia nunca fue contradicha formalmente, ni levantados los cargos que ella puso. Simplemente a Olszewski se la expulsó del hospital, y se trató de ignorar lo que ella reveló. Su entrevista aun puede ser vista en los diferentes lugares que publican videos.
Su denuncia, sin embargo, es verosímil, y explicaría cosas que de otros modos son inexplicables.
¿Por qué NY junto a NJ son los estados con peores resultados en el tratamiento de la enfermedad (2600 y 2765 muertos por millón de habitantes, respectivamente) en todo el país, si al mismo tiempo son los estados con la capacidad médica instalada más fuerte, debido a la presencia de la megalópolis en el límite entre ambos?

La densidad poblacional simplemente no puede usarse para explicar esto. Otros Estados con ciudades grandes y densas como Texas (Houston) con 1673 fallecidos por millón, Illinois (Chicago) con 1862, o Florida (Miami) con 1557, están muy lejos de esos niveles reportados en NY-NJ. Tampoco se explica la intensidad brutal de acumulación de muertes declaradas “por COVID-19” en NY en el primer mes y medio de declaración de pandemia.
También está bajo la lupa la conducta de Andrew Cuomo, el Gobernador del Estado, que convirtió la pandemia en un gigantesco circo político, y que envió por decreto del 25/3/2020 a miles de ancianos infectados con Covid, que estaban atendiéndose en hospitales, de nuevo a sus residencias de ancianos, con prohibición de que fuesen testeados al llegar. Se ha estimado que esto causó la mortalidad innecesaria de miles de residentes de casas de salud en ese Estado. Este decreto de Cuomo fue denunciado en su momento por eXtramuros. Hoy, que el decreto y esta responsabilidad están comprobadas y no se borran de la atención pública, Cuomo enfrenta una delicada situación política. Es posible que sus propios colegas del Partido Demócrata lo “entreguen”, en la medida que su imagen política va quedando más allá de toda posibilidad de salvación. Cuomo fue el principal agente en la comunicación de la obsesión por “más respiradores”, que convirtió en el centro de su mensaje durante aquellos dos meses iniciales.
Las denuncias de Erin Olszewski culminaron en la edición de un libro, y siguen siendo un tremendo signo de interrogación abierto a las conductas de parte de la corporación médica y el poder público.