Un informe clasificado de RAND Corporation(*) recién revelado y publicado en Suecia. Su autenticidad es negada por RAND. Juzgue por usted mismo

GLOBO

El 13 de setiembre último el sitio independiente de noticias sueco Nya Dagbladet reveló el original del Resumen Ejecutivo de un informe clasificado, destinado (según su carátula) al WHCS (White House Chief of Staff), ANSA (Assistant to the President for National Security Affairs), el Departamento de Estado, la CIA, el NSA y el DNC (Democratic National Committee, la dirigencia del Partido Demócrata).
Luego que se divulgó, RAND ha negado que sea auténtico. Lo traducimos (e incluimos la imagen del supuesto original) para que el lector juzgue por sí mismo.

Por RAND CORPORATION

“Resumen Ejecutivo

Debilitar a Alemania, fortalecer a los Estados Unidos

El presente estado de la economía de Estados Unidos no sugiere que ésta pueda funcionar sin asistencia financiera y apoyo material de fuentes externas. La política de quantitative easing, a la que la FED ha recurrido con regularidad en los últimos años, así como la emisión descontrolada de dinero durante los lockdowns debidos a Covid en 2020 y 2021 han llevado a un aumento agudo de la deuda externa y un incremento de la oferta de dólares.
El deterioro contínuo de la situación económica llevará con gran probabilidad a una pérdida de posiciones del Partido Demócrata en el Congreso y el Senado en las elecciones a celebrar en noviembre de 2022. Un proceso de destitución del presidente no puede descartarse bajo tales circunstancias, y esto debe ser evitado a toda costa.
Hay una necesidad urgente de que fluyan recursos a la economía doméstica, especialmente al sistema bancario. Sólo compromisos de los países europeos unidos bajo la Unión Europea y la OTAN pueden proveerlos sin un costo militar y político significativo para nosotros.
El mayor obstáculo a ello es la creciente independencia de Alemania. Aunque aun sea un país con soberanía limitada, por década se ha estado moviendo consistentemente hacia la remoción de estas limitaciones y volviéndose un estado totalmente independiente. Este movimiento es lento y cauteloso, pero constante. Una extrapolación muestra que esa meta podría ser alcanzada solo en unas cuantas décadas. Pero si los problemas sociales y económicos en los Estados Unidos aumentan, la velocidad podría acelerarse significativamente.

Un factor adicional que contribuye a la independencia de Alemania es el Brexit. Con el retiro del Reino Unido de las estructuras de la Unión Europea, hemos perdido una oportunidad significativa de influir en la negociación de decisiones intergubernamentales.

Es el miedo a nuestra respuesta negativa lo que, en general, determina la lentitud relativa de estos cambios. Si un día abandonásemos Europa, hay una buena chance de que Alemania y Francia alcancen un consenso político completo. Luego Italia y otros países de la vieja Europa -en primer lugar los viejos miembros de la ECSC (European Coal and Steel Community)- podrían sumarse bajo ciertas condiciones. Gran Bretaña, que actualmente está fuera de la Unión Europea, no será capaz de resistir sola la presión de un duo franco-alemán. Si se implementase, este escenario podría transformar a Europa no solo en un competidor económico de los Estados Unidos, sino también político.
Además de ello, si los Estados Unidos se encerrasen durante un período en sus problemas internos, la vieja Europa sería más capaz de resistir efectivamente la influencia de los países de Europa del este que están orientados hacia Estados Unidos.

Vulnerabilidades en la economía de Alemania y de la UE

Puede esperarse un aumento del flujo de recursos desde Europa a USA en caso que Alemania comience a experimentar una crisis económica controlada. El ritmo del desarrollo económico de la UE depende casi sin alternativas del estado de la economía de Alemania. Es Alemania la que lleva la carga del gasto dirigido a los miembros más pobres de la UE.
El actual modelo económico alemán está basado en dos pilares. Ellos son el acceso ilimitado a energía rusa barata y a energía eléctrica francesa barata, gracias a la operación en la segunda de plantas nucleares. La importancia del primer factor es considerablemente mayor. Frenar los suministros rusos bien puede crear una crisis sistémica que sería devastadora para la economía alemana e, indirectamente, para toda la Unión Europea.

El sector de la energía en Francia también podría comenzar a experimentar graves problemas. La predecible interrupción del suministro de combustible nuclear controlado por los rusos, combinado con la situación inestable en la región de Sahel, haría que el sector energético francés se volviese críticamente dependiente del combustible canadiense y australiano. En combinación con la creación del AUKUS, esto crea nuevas oportunidades de ejercer presión. Sin embargo, este asunto está más allá del objeto del presente informe.

Una crisis controlada

Debido a limitaciones que experimenta la coalición, el liderazgo alemán no tiene el control total de la situación en el país. Gracias a algunas acciones precisas, hemos podido bloquear la puesta en funcionamiento del gasoducto Nordstream 2, pese a la oposición de los lobbistas de la industria química y del acero. Sin embargo, un dramático deterioro de los estándares de vida podría animar a los líderes a reconsiderar su política y volver a la idea de una soberanía europea y una autonomía estratégica.
El único modo posible de garantizar que Alemania rechace los suministros de energía de Rusia es involucrar a ambos lados en el conflicto militar en Ucrania. Nuestras próximas acciones en ese país llevarán inexorablemente a una respuesta militar por parte de Rusia. Los rusos, obviamente, serán incapaces de dejar sin respuesta la masiva presión del ejército ucraniano sobre las repúblicas no reconocidas del Donbass.
Esto haría posible que se declare a Rusia como agresor y se le aplique el entero paquete de sanciones ya preparadas de antemano.
Putin podría, a su vez, decidir imponer contra-sanciones limitadoras, primariamente sobre sus propios suministros de energía a Europa. De esa manera, el daño a los países de la UE sería bastante comparable al inflingido a los rusos, y en algunos países -sobre todo Alemania- sería mayor.
El prerrequisito para que Alemania caiga en esta trampa es el rol de liderazgo que tienen la ideología verde y los partidos verdes en Europa. Los Verdes alemanes son un movimiento fuertemente dogmático, si es que no fanático, lo que hace que sea bastante fácil hacerlos ignorar los argumentos económicos. En este sentido los Verdes alemanes superan a veces a sus contrapartes europeas. Los rasgos personales y la falta de profesionalismo de sus líderes -Annalena Baerbock y Robert Habeck- permite conjeturar que será poco menos que imposible que admitan sus errores a tiempo.
Por tanto, será suficiente formar rápidamente una imagen mediática de la guerra agresiva de Putin para convertir a los verdes en ardientes y duros partidarios de las sanciones, un “partido en guerra”. Ello permitiría que se introduzca el régimen de sanciones sin obstáculos. La falta de profesionalismo de los actuales líderes no permitiría un retroceso en el futuro, incluso cuando el impacto negativo de las políticas elegidas se vuelva lo suficientemente obvio. Los socios en la coalición de gobierno en Alemania simplemente tendrán que seguir a sus aliados -al menos hasta que la carga de los problemas económicos sea mayor que el miedo de provocar una crisis en el gobierno.
Sin embargo, incluso cuando el SPD y el FDP estén listos para ir contra los Verdes, la posibilidad de que el siguiente gobierno restablezca a su normalidad las relaciones con Rusia será notablemente baja. El involucramiento de Alemania en un gran suministro de armamento y equipo militar al ejército ucraniano inevitablemente generará una gran desconfianza en Rusia, que alargará significativamente el proceso de negociación.
Si se confirman los crímenes de guerra y la agresión rusa contra Ucrania, el liderazgo político alemán no será capaz de superar el veto de sus contrapartes en la UE respecto de la asistencia a Ucrania y los paquetes reforzados de sanciones. Esto asegurará una brecha lo suficientemente larga en la cooperación entre Rusia y Alemania, lo cual hará que los grandes operadores económicos alemanes no sean competitivos.

Consecuencias esperadas

Una reducción en los suministros de energía por parte de Rusia -idealmente, una detención completa de tales suministros- llevaría a consecuencias desastrosas para la industria alemana. La necesidad de desviar cantidades significativas de gas para el calentamiento de lugares públicos y privados agravará aun más la escasez de energía. Los cierres de empresas causarán escasez de componentes y piezas para la manufactura, una ruptura en las cadenas logísticas, y eventualmente un efecto dominó. Es esperable que se produzca una paralización completa en las plantas más grades de la industria química, metalúrgica, y de construcción de maquinaria, las que no tienen virtualmente ningún margen para reducir el consumo energético. Esto podría llevar al cierre de empresas de ciclo continuado, lo cual significaría su destrucción.
Las pérdidas acumuladas de la economía alemana pueden estimarse tan solo de modo aproximado. Incluso si la restricción de los suministros rusos se limitase a 2022, sus consecuencias durarían varios años, y las pérdidas totales podrían llegar a los 200 a 300 mil millones de euros. No solo significaría un golpe devastador para la economía alemana, sino que toda la UE inevitablemente colapsaría. No estamos hablando de una declinación en el ritmo del crecimiento económico, sino de una recesión sostenida y una caída del PIB, sólo en la producción material, de 3-4% por año por los próximos 5 o 6 años. Tal caída inevitablemente traerá pánico en los mercados financieros y los podría hacer colapsar.

El euro caerá inevitablemente, y muy probablemente de modo irreversible, por debajo del dólar. Una caída aguda del euro causará por consiguiente su venta global. Se volverá una moneda tóxica, y todos los países del mundo rápidamente reducirán su participación en las reservas forex. Esta brecha será llenada, primariamente, con el dólar y el yuan.

Otra consecuencia inevitable de una recesión económica prolongada será una caída pronunciada en los estándares de vida y un desempleo creciente (sólo en Alemania, hasta 200.000 a 300.000), lo que implicará el éxodo de mano de obra calificada y gente joven educada. Hoy no hay literalmente otro destino para esa emigración que los Estados Unidos. Un flujo algo menor, pero no obstante significativo de inmigrantes, puede esperarse de otros países de la UE.

El escenario bajo consideración servirá pues para fortalecer la condición financiera nacional tanto indirectamente como, sobre todo, directamente. En el corto plazo, se revertirá la tendencia de una recesión económica que amenaza y, además, consolidará la sociedad norteamericana distrayéndola de preocupaciones económicas inmediatas. Esto, as su vez, reducirá los riesgos electorales.

En el mediano plazo (4-5 años) los beneficios acumulados de la huida de capitales, los flujos logísticos reorientados, y la competencia reducida en industrias principales puede significar entre 7 a 9 trillones (millones de millones) de dólares.
Desafortunadamente, China también espera beneficiarse en el mediano plazo de este escenario emergente. Al mismo tiempo, la profunda dependencia política que Europa tiene de los Estados Unidos nos permite neutralizar eficazmente posibles intentos de estados europeos individuales de acercarse a China.”


Publicado originalmente aquí


(*) La RAND Corporation es un think tank norteamericano con sede en Santa Mónica, CA, que tiene un rol central en la planificación estratégica de la política exterior norteamericana, junto a otros. En eXtramuros publicamos el 13 de marzo otro informe -convergente con este al menos en sus objetivos declarados, el cual había sido presentado ante el Congreso el 5 de setiembre de 2019.

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