FRANCISCO FAIG / Las críticas a la ley de urgente consideración (LUC) que entró la semana pasada al Parlamento son numerosas y de distintos tipos. No me interesa aquí analizar el contenido de esa extensa ley que abarca varios temas importantes para la vida del país, sino que me importa centrarme en un debate anterior: ¿esta LUC es una muestra de déficit democrático del país, porque impide el debate en torno a las distintas posiciones? ¿O, por el contrario, es un signo de vitalidad democrática del cual debiéramos de sentirnos conformes y expectantes?+