CARTA ABIERTA
Por Mariela Michel
Estimados integrantes de Montevideo Portal,
Les solicito publiquen esta carta, porque se trata de un problema que involucra a la prensa, pero que es principalmente de interés general. Escribo estas líneas, luego de haber leído el comunicado de la Academia de Medicina en el que se comenta la renuncia del Dr. Aldo Mazzucchelli a integrar un jurado que consideraría otorgar un premio al Dr. Rafael Radi. (ver: https://www.montevideo.com.uy/Noticias/Academia-de-Medicina-argumento-de-academico-contra-Radi-descalifica-a-quien-lo-expresa–uc801525)
En primer lugar quiero agradecer a la prensa por haber difundido la noticia sobre la renuncia, y también difundir el comunicado de la Academia de Medicina al respecto. En relación a las consideraciones realizadas en dicho comunicado, surge una preocupación sobre un elemento señalado por la Academia de Medicina que no se refiere específicamente al hecho acaecido, sino a su publicación por parte de la prensa. Por un lado, el comunicado expresa un juicio negativo sobre “los argumentos (de Mazzucchelli) expuestos en la carta de renuncia”, pero por otro, incluye un comentario reprobatorio sobre la “lamentable publicidad” que se le dio a dicha carta.
Toda presión ejercida sobre la prensa redunda en una limitación de la información que llega a los ciudadanos a través de la misma. En los últimos dos años, se ha vuelto notorio que los medios de comunicación son imprescindibles para tomar decisiones importantes que afectan nuestra vida cotidiana y nuestro destino colectivo. Cada vez se vuelve más palpable que los medios son verdaderas “ventanas al mundo”, y que si esas aberturas se cierran o se vuelven opacas, perdemos gran parte del contacto con la realidad de la sociedad en la que vivimos.
El respeto que los ciudadanos sentimos por la Academia de Medicina se basa en la idoneidad de sus miembros, específicamente su función dirigida hacia el bien comunitario. Sin embargo, no es positivo para el bien comunitario que se intente limitar la información que llega a la población. El calificar de “lamentable” la publicación de los argumentos de un oponente dialógico no es una actitud acorde con la elevada responsabilidad que se les confiere. La difusión en un comunicado público de un texto que procura censurar la circulación del texto de otro profesional con el cual ellos no están de acuerdo, no solo desmerece su propia opinión, sino que implica una restricción de un derecho. Incluso puede pensarse como un deber que todos los ciudadanos tenemos, a saber, el de procurar la mayor información posible para tomar decisiones que afectan el presente y el futuro de nuestra vida en sociedad.
El respeto debe ser dirigido a todos los ciudadanos que se expresan públicamente de acuerdo a su mejor saber y entender. El intentar silenciar a la prensa desde una posición de prestigio social implica un exceso con respecto al cargo de autoridad que se les ha conferido. La prensa necesariamente se verá enfrentada a una situación de difícil salida. O desobedece las indicaciones de una institución que respeta, o incumple su compromiso con la ciudadanía al ocultar hechos relevantes. Que se trata de un hecho relevante, no cabe duda. Eso es ratificado por la Academia de Medicina cuando lo considera tan trascendente como para emitir un comunicado al respecto. Mi objetivo al escribir este texto es intentar evitar el probable resultado de que en el futuro algunos medios de comunicación pudieran ceder a la tentación de restringir la información a la ciudadanía, para evitar recibir la reprobación de instituciones prestigiosas, las que deberían velar y proteger el derecho a la auto-determinación de la sociedad.
Dra. Mariela Michel